La segunda
humanidad viene desde el diluvio universal hasta nuestros días y es el producto
de la hibridación, es decir, descendemos de un hijo de Dios que es Noé y
que tiene sus genes puros y no contaminados con los genes animales y una mujer
híbrida que ya había sido contaminada con los genes de los animales.
El pecado
de Adán principal fue el de la rebeldía contra Dios; en primer, lugar no esperó
a que la primera mujer que fue creada
por Dios estuviera suficientemente formada para que fuera su pareja y procrear
con ella, por lo que se unió a una hembra con características de animal y que sólo
estaba destinada a convertirse en un puente y en un vehículo para la creación
del hombre; pero Adán contrariando la voluntad divina, se unió a esta hembra y
dio origen a Caín, contaminado con los genes humanos pero con parte de los
genes divinos y al final los hijos puros de Dios se perdieron y todos
resultamos siendo hijos de Caín y por consiguiente contaminados con los genes
de los animales.
Con la
creación de las otras especies en la Tierra se presentó un proceso de evolución
guiado por Dios; pero para que se diera el origen de estos seres, al principio
se dio una directa intervención de Dios.

Veamos lo
que dice el libro Historia Primitiva de la Humanidad:
“Podemos concluir que el hombre no pudo haber evolucionado de seres microscópicos, porque tiene un principio activo que es masculino y femenino; también concluimos que en la naturaleza los seres (tanto animales como vegetales) que tienen este principio activo, femenino y masculino, no han evolucionado de organismos unicelulares o microscópicos.
Así mismo, es bueno anotar que, en el hombre y la mujer, el principio activo masculino es primero, y que solo en segundo lugar se encuentra el principio activo femenino, lo cual se deriva en la forma en que Dios creó al hombre y a la mujer, pues el hombre fue creado primero por Dios y con su intervención; el mismo hombre dio origen a la mujer, aportando su principio activo masculino, expresado en un espermatozoide gestor de la vida en sus causas naturales y en un óvulo femenino en sus causas sobrenaturales, por lo que el hombre puede ser llamado “padre de la mujer”.Pero en los animales más complejos y superiores sucede lo contrario; el principio activo femenino es primero que el principio activo masculino, pues todas estas especies tuvieron como fuente de origen una hembra primigenia que los lanzó a la existencia con la intervención de Dios, y lo mismo sucedió con algunas plantas” (Historia primitiva de la humanidad, página 105).
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