miércoles, 5 de julio de 2017

John Henry Builes y el Dios del Antiguo Testamento.


David Parcerisa, es un hombre interesado por el misterio y se ha dedicado durante algunos años a desentrañar muchos misterios de la humanidad, especialmente a estudiar a los anunnakis, primero basado en los estudios de Zecharia Sitchin y luego, decepcionado de este asiriólogo, ha intentado buscar mejores tradiciones con otros asiriólogos como puede ser Samuel Noah Kramer, entre otros.
En sus interpretaciones, ha dicho que el dios sumerio Enlil y el dios del Antiguo Testamento eran la misma persona. Este dios es cruel con la humanidad y quiere dirigir la historia desde las sombras y esto se puede leer en un artículo publicado por este autor en: MysteryPlanet.com.ar: operación Yahveh: El dios extraterrestre que manipuló la humanidad.
En 1876, el asiriólogo inglés George Smith, publicó un estudio del relato caldeo del Génesis después de estudiar varias tablillas de escritura cuneiforme asirio-babilónicas, y el autor llegó a afirmar que múltiples pasajes de la Biblia, en especial en el libro del Génesis, son una copia casi literal de la epopeya de la creación babilónica, el Enuma Elish, un texto escrito en babilonio, mil años más antiguo que el texto bíblico.
Es bueno centrarnos en los dioses que se encuentran descritos en los textos de donde fue extractado este relato bíblico; el panteón sumerio tiene un total de 23 dioses que son una raza de creaturas sobre-humanas. Uno de estos dioses es Enlil, conocido como "el dios del viento y las tormentas", considerado comandate supremo de una misión terrestre, y este dios era célebre por su crueldad con el ser humano y su sed de venganza, odio y beligerancia, lo que lo llevó a enfrentarse con su medio hermano Enki “señor de la tierra”, que aparece como un dios más benévolo, e hizo al hombre depositario del conocimiento espiritual.
Estos textos sumerios, nos dicen que Enki fue el padre de la humanidad, pues fue un ingeniero genético que hibridó sus genes anunnakis con los homínidos Neanderthalensis; tomaron el óvulo de una hembra neandertal y lo fertilizaron con esperma anunnaki y luego, lo reimplantaron en una hembra homínida, primero fracasando en el intento, pues nacieron niños sin capacidades humanas y lo más importante, el raciocinio, y por lo tanto, no podían manejar herramientas; luego, reintentaron implantando el óvulo en el útero de una hembra anunnaki, la voluntaria para el experimento fue Ninhursag, hermanastra de Enki y Enlil y con esta hembra, el experimento tuvo éxito, pues engendró el primer prototipo semi-humano, a quien bautizaron “Adamu”, quien es formado de la arcilla, luego crearon a su consorte y la llamaron Tiamat.
De estos dos progenitores, la especie humana empezó a multiplicarse a lo largo de 3.000 años, llegando a robarse el alimento de los dioses, saqueando ciudades y degenerando a un estado primitivo, porque el gen anunnaki, terminó por disminuirse.
Luego del fracaso, Enki, Ninhursag y su hijo Ningishzidda, se dispusieron nuevamente a crear un nuevo ser humano, de nuevo con un proceso de manipulación genética; emplearon otra contenedora de vida, o su útero, de una anunnaki llamada Ninti y luego también se une Ninki, la esposa de Enki, realizando catorce inseminaciones con siete machos anunnakis y otras siete hembras y al cabo de diez meses y por cesárea de Ninhursag, sacan la primera creatura, que lo alza en sus brazos y grita “lo he creado… mis manos lo han hecho” y esto correspondería al pasaje del Génesis 1,26: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y tenga dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo, el ganado, y toda la tierra, y sobre todo animal que se desplaza por la tierra”.
Según muchas personas que interpretan mal el Antiguo Testamento, sin entenderlo y sin haberlo estudiado técnicamente, dicen que Yahveh puede ser identificado con Enlil, quien es un Dios vengativo, sanguinario, destructivo y odioso; veamos pues algunos pasajes del Antiguo Testamento, en el que muchos autores se fundamentan para realizar tales afirmaciones.

“Yahvé envió una epidemia a Israel, desde Dan hasta Beerseba” (2Samuel 24,11-15) y en Éxodo 32,26-28, ordena a Moisés que cada cual ponga la espada a su lado y que cada uno mate al otro, aunque sea su hermano, amigo o vecino; en Dt 22, 13-21 se nos dice, que si un hombre descubre en la noche de bodas que su mujer no es virgen, puede apedrearla hasta morir; también leemos en Dt 21,18-21 que si alguien tiene un hijo rebelde, que no hace caso cuando lo corrigen, debe ser sacado fuera de la ciudad y apedreado hasta morir; en Números 15,32-40 se nos habla de un hombre que recogía leña en el día del reposo y fue sorprendido y se lo trajeron a Moisés, a Aaron y a todo el pueblo presente y lo pusieron en la cárcel sin saber qué hacer con él, y luego Yahveh habla por boca de Moisés: “Irremediablemente muera aquel hombre; apedréelo toda la congregación fuera del campamento”; en Levítico 21,9 se nos dice, que si la hija de un sacerdote se prostituye, debe ser quemada viva; en Exodo 21,15 dice, que el que le pegue a su padre o a su madre, debe morir; en 2Reyes 2,23-24 dice que Eliseo maldijo unos niños, que se burlaron de él y en nombre de Yahveh salieron unos osos, que despedazaron 42 muchachos.
Son abundantes los textos bíblicos que nos hablan de la crueldad y beligerancia de Yahveh y que dejan desconcertados a muchos. El problema de esto, se da cuando se hace una interpretación literal de la Sagrada Escritura y se piensa que el acontecimiento sucedió tal cual es narrado por el autor sagrado.
Muchos escritores sagrados, escribían en nombre de Dios y lo hicieron con textos que son aprobados tanto por el judaísmo, como por el cristianismo; hay que entender que muchos de estos autores hablaban de manera subjetiva, en el sentido, de que dejan traslucir su parte humana, que se mezcla con el mensaje divino que está detrás de la Sagrada Escritura. Todos los textos de la Sagrada Escritura tienen un lenguaje divino, pero escrito con palabras humanas y detrás de estas palabras humanas, es necesario discernir la intencionalidad divina.
Es una gran equivocación, sacar un texto bíblico de su contexto, es decir, descontextualizarlo y tomarlo al pie de la letra, como si hubiera sido un suceso histórico que todos debemos creer. Es bueno saber, que todos estos textos tienen una intencionalidad teológica, que implica un estudio serio y concienzudo para poder descubrir su mensaje.
En nuestro tiempo, pueden aparecer muchos, que se autodenominan o son denominados por otros, como “conocedores del tema o expertos bíblicos”, que hacen una mala interpretación del Antiguo Testamento porque no lo alcanzan a comprender y porque no han intentado leer desde la perspectiva de Jesús.
En este sentido hay un hombre africano llamado David Cangá, que escribió un libro llamado “La conspiración del Ángel Gabriel”, diciendo que existen 4.000 millones de personas, -es decir el 60% de la humanidad-, adorando a un dios bárbaro, celoso y vengativo, que ordenaba quemar mujeres vivas sin compasión y asesinar niños de pecho, por las faltas cometidas por sus padres y afirma que la humanidad tiene un bloqueo intelectual, porque tiene un culto irracional a este ser.
Cangá, describe la columna de fuego que acompañaba al pueblo de Israel como una nave espacial y se pregunta este escritor: ¿Cómo pudo hacer una masacre de 185 mil hombres en una noche, en un campamento asirio? y responde diciendo, que los textos nos hablan de los escuadrones del cielo, que disparaban armas y rayos, que producían la ceguera, deduciendo de esto, que se trataba de modernas armas de plasma. Dice el autor, que la misma crueldad que tenía Yahvé, la tenía el dios sumerio Enlil, porque eran el mismo personaje, es decir, una entidad cruel, sanguinaria y vengativa, que se manifestó en dos culturas diferentes, como la bíblica y la sumeria.
Dice, que ambos personajes, son el mismo dios egoísta y que tiene las mismas pautas de odio y de recelo contra el ser humano y que tiene las mismas estrategias para generar guerras y matanzas entre ellos; los mismos engaños, las mismas promesas, los mismos rituales de sacrificios de animales y adoración, las mismas motivaciones para fundar religiones y dogmas con el fin de controlar la población mundial, para poder dividir y manipular a los pueblos.
En este sentido, también se va a expresar David Parcerisa en su libro “La conspiración anunnaki”, donde nos dice, que el dios sumerio Enlil, que era el máximo soberano de la Tierra y que tenía avanzados ejércitos y avanzada tecnología, para disfrazarse o revestirse con el disfraz de la divinidad y presentarse a los seres humanos; y además, todos los que se hacían pasar por dioses subalternos de Enlil, fundaron culturas y pueblos, para luego hacerlos que se enfrentaran entre sí, como en un tablero de ajedrez y todo esto, para causar dolor, que es como una fuente de alimentación energética de estas creaturas.
Según Parcerisa, estos dioses establecieron una línea monárquica, para imponer sus decretos y leyes, eligiendo a unos pocos humanos con los que se mezclaron sexualmente, prolongando su línea de sangre y según este autor, el ejemplo más claro, lo tenemos en la Biblia, con el rey David, quien no era un humano corriente, pues aun físicamente era diferente: con pelo rubio, ojos azules, piel rosada y quien tenía un gran poder para frenar a sus enemigos; además era un ser con sed de sangre, que se vengaba contra su propio pueblo y mataba a mujeres y niños con sus propias manos.
Cangá también va a afirmar del David bíblico, que mantenía un vínculo muy fuerte con la divinidad o con Yahveh, y que era sospechoso que este personaje fuera humano y que más bien se pareciera a Enoc, Noé y a Abraham que fueron concebidos con intervención directa de la divinidad anunnaki. Esta cercanía de David con Yahvé, implicaba que David tenía una genética anunnaki, que lo distinguía por su frialdad y el recto cumplimiento de las directrices que le daban, según Parcerisa.
Parcerisa dice, que el objetivo de estos dioses anunnakis, que se esconden bajo el velo de Yahvé, era el de crear detrás de la sombra, confusión y división, entre las diferentes razas de la Tierra y generar situaciones que favorezcan el conflicto, lo que producirá gran dolor en el ser humano, que luego servirá de alimento para estos seres de baja densidad y por lo tanto, estos seres, impiden que el ser humano progrese en un conocimiento espiritual y moral, sin detectar quiénes son sus carceleros y los que los aprisionan en su conciencia, para no poder adquirir suficiente poder para liberarse y ser un individuo independiente y escaparse del control, que reduce al ser humano, a un verdadero títere, condicionado su existencia.
Con Parcerisa y con Cangá, hay muchas personas que están pensando que somos alimento de entidades extraterrestres y que estas entidades siempre han estado con nosotros, pues son verdaderos maestros del engaño, que nos inoculan un veneno que nos mantiene tontos, corroyendo nuestra mente y así poder alimentarse de nuestra energía emocional, manteniéndonos en la ignorancia, divididos en fronteras y estados, en culturas y lenguajes opuestos, en tradiciones y culturas irreconciliables, en religiones que solo han causado muerte y desolación; y de otro modo, no se puede explicar la cantidad de sacrificios que exigían los dioses y especialmente, el del Antiguo Testamento.


Yahvé no se contenta solamente con la muerte del ser vivo, sino que hay que descuartizarlo, desollarlo y disponerlo de un modo adecuado, y Yahveh justifica este procedimiento, porque es un suave olor que lo apacigua y solo el rey Salomón, -nos dice la Biblia-, que sacrificó 22.000 bueyes y 120.000 ovejas ¿Cómo se puede entender que un Dios mande a hacer semejante sacrificio en un solo día? Se preguntan muchos, y por lo tanto, muchos consideran que esto solo puede ser obra de seres extraterrestres, que desean que los seres vivos emitan ciertas ondas cerebrales que los alimentan y que incluso pueden afectar la materia, y a estos seres, les interesa que emitamos ondas cerebrales, lentas y largas, casi lineales, es decir, que se encuentran cargadas de miedo, por lo que parece, que no son seres que les interese el amor, la armonía y la paz, porque siempre están manipulando la humanidad, para que se odie así misma y odiándose, produzca sangre y crueldad, sin permitir que seamos autodestruidos.
El autor G. Atienza escribió un libro llamado “La gran manipulación cósmica” y nos dice, que existen seres extraterrestres que nos cultivan como en una granja humana y servimos de alimento, comida, subsistencia y de energía a entidades, que sin saberlo nosotros racionalmente, están ahí y nos manipulan, porque se encuentran en dimensiones más altas que la nuestra y tienen la capacidad de hacerlo y hasta el derecho natural, dice el autor, de manipular y devorar seres de conciencia inferior. Pone el ejemplo, del pastor con sus ovejas o cabras, que empiezan a manifestar su deseo de libertad e independencia y se niegan a obedecer las órdenes; que nuestros guardianes son perros y se hace la pregunta: ¿comprenderían acaso, aquellos seres, el derecho que tenemos, de elegir el momento, la circunstancia y el lugar de nuestra propia evolución, a un estado superior de conciencia?, ¿cómo salirse de la red de bajas vibraciones, a la cual, estas entidades nos han sometido? y dice, que para lograr esto, debemos cambiar nuestra frecuencia vibracional del miedo y la ansiedad que nos convierte en generadores de bajas vibraciones, lo que constituye alimento energético para estos seres. A estos seres, les interesa las ondas gamma, que oscilan más allá de los 20 hertzios y las producimos cuando estamos sometidos a situaciones de pánico y ansiedad y, por lo tanto, afirma este autor, que los dioses de la antigüedad no son mitos, sino entidades extraterrestres, que han manipulado y se han alimentado de la humanidad desde siempre.
Desde aquí me voy a fundamentar en el libro de John Henry Builes “Historia primitiva de la humanidad” y con este autor, considero que no hay razones suficientes para considerar que Enlil o el mismo Enki, son el dios Yahveh del Antiguo Testamento, que se están escondiendo tras una figura divina.
Es posible que según el investigador George Smith, el autor sagrado del Libro del Génesis, pudo tomar como fuente el escrito asirio del Enuma Elish, como lo han hecho otros autores bíblicos, con otras fuentes parecidas, sin llegar a pensar con esto, que el texto del Génesis ya es una falsedad o que no tiene inspiración divina, y en esto me parece que no existe ninguna dificultad. El que exista un texto más antiguo que la Biblia, no pone en peligro la inspiración divina.


Llegar a pensar que Enki y Enlil crearon al ser humano a través de ingeniería genética, es algo que no corresponde con las ideas presentadas por John Henry en sus libros, pues el argumento que este autor presenta, me parece mucho más convincente, que el que ya hemos descrito en este artículo.
Según las ideas implícitas de John Henry Builes, tanto Enki como Enlil, no son más que seres de la Primera Tierra, que todavía tenían los dones naturales a plenitud, los preternaturales y aún los sobrenaturales y como lo dice John Henry, les gustaba hacerse pasar por dioses ante seres inferiores, pero como estos, existían muchos y en varias civilizaciones. Es sabido que, con su gran tecnología, sabían mucho de ingeniería genética y hacían constantemente experimentos con animales y seres humanos, haciendo modificaciones genéticas y produciendo seres que la naturaleza no generaba en sus procesos naturales, pero jamás se puede afirmar que estos seres llegaron a crear al ser humano, pues estos seres son humanos y creados directamente por Dios en el proceso que describe John Henry en su libro “Historia primitiva de la humanidad”.
Es innegable que el dios Yahveh del Antiguo Testamento, aparezca como un ser sanguinario y cruel con el ser humano y son muchos los pasajes bíblicos donde podemos constatar esta realidad, pero también es cierto y evidente, que muchas personas han estudiado estos textos exhaustivamente y con un alto grado de profesionalismo, aprendiendo las lenguas en las que fueron escritos estos textos.
Según estos estudiosos bíblicos, lo primero que tenemos que decir, es que son textos que no pueden ser leídos literalmente, como pretenden muchos, tratando de explicar una idea preconcebida en su cabeza.
Todos estos textos fueron escritos por escuelas teológicas del Israel antiguo, que tenían no una intencionalidad histórica, pero sí una intencionalidad teológica; esto implica que en primer lugar hay que hacer una exégesis y un estudio histórico crítico del texto, para luego hacer una buena hermenéutica y extractar el mensaje teológico del texto; en otro sentido, podríamos hacernos la pregunta: ¿qué nos quiere decir Dios, a través de estas palabras humanas que se encuentran en el texto?
Teniendo esto en cuenta, no se puede desconocer la cultura y recordar que el autor sagrado tiene una idiosincrasia propia de la región, donde es oriundo. Estos son textos evidentemente antiguos, los del Antiguo Testamento y el más antiguo parece ser un trozo del libro de Samuel que pudo haber sido escrito mil años antes de Jesucristo, otros textos 500 años, otros 300 años, otros 100 años y así sucesivamente.
Las personas que escribieron estos textos, hablaban de acuerdo con su pensamiento y con lo que vivían. En la antigüedad, la historia nos evidencia, que los seres humanos estaban acostumbrados a vivir en las crueldades, es solo mirar a los asirios, como acostumbraban a despellejar vivas a las personas; es recordar que a uno de los Isaías lo aserraron por la mitad o que para los antiguos era natural arrojar niños pequeños al fuego en sacrificio a los dioses y no solamente al Dios del Antiguo Testamento; las crueldades eran innumerables y hoy se nos hace muy difícil entender esta forma de proceder porque indudablemente la humanidad ha avanzado en el respeto y la dignidad de la persona.
En el mismo evangelio podemos notar esta crueldad, con la muerte de los niños menores de dos años en Israel, y el mismo Jesús en los ejemplos que pone en sus parábolas habla en estos términos cuando les dice a los apóstoles: “¿Que hará el Señor con estos malos administradores?” responden los apóstoles “Los hará morir de mala muerte”. No es extraño pensar, que los escritores sagrados, para transmitir un mensaje teológico puedan llegar a afirmar cosas que son inconcebibles en un Dios bueno y misericordioso… “que se queme viva la hija de un sacerdote que se prostituye”… Pero en los evangelios el lenguaje es diferente: “Mujer quién te condena, nadie Señor, responde Jesús, yo tampoco te condeno, vete en paz y no peques más” (Jn 8,11).
El Jesús misericordioso del Nuevo Testamento, es la prueba de que el Dios del Antiguo Testamento, no es un Dios cruel e inhumano, y si aparece cruel, es porque son formas de hablar de los hagiógrafos sagrados. Jesús continuamente recitaba el Antiguo Testamento, leía los Salmos, leyó un trozo del profeta Isaías y dijo que no había venido a abolir la ley, sino a darle cumplimiento, por lo que podemos decir, que el mismo Jesús es quien da validez al Antiguo Testamento.
Cuando algunos autores quieren utilizar el plural “hagamos” que se encuentra en el Antiguo Testamento y aplicárselo a los dioses anunnakis, es un error, porque Jesucristo vino a revelar un Dios trino, que también se hace presente en el Antiguo Testamento “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” (Gn 1,26), de modo, que el Padre de Jesucristo se encuentra en el Antiguo Testamento y puede ser identificado con Yahveh, que es un Padre bueno y misericordioso, pues Jesús se refirió a Él con un diminutivo: “Papaito” “papacito” Abba, eso es lo que significa esta palabra.
La Biblia es un libro que recoge culturas y costumbres, tanto sociales como religiosas de los pueblos antiguos y no hay fundamento sustentable que nos pueda llevar a afirmar que los dioses anunnki se estaban escondiendo bajo el velo divino de Yahvé; no hay ningún argumento sólido y sostenible, que nos pueda llevar a afirmar que Enlil o que Enki sean el padre de Jesucristo y basados en la Sagrada Escritura, no se puede afirmar que los extraterrestres tengan a la humanidad como una granja humana, de la cual se alimentan energéticamente con el sufrimiento humano seres de otras dimensiones; este argumento no es del todo falso, pero no se puede inferir exclusivamente de la Sagrada Escritura.
Sí es posible, que a seres de la Primera Tierra -como los describe John Henry Builes y especialmente, los atlantes-, les gustaban los sacrificios humanos, exigían a otros pueblos los sacrificios humanos haciéndose pasar ellos por dioses y tenían una cierta forma de excitación ante la sangre, el dolor y el miedo humano, realidad que sigue estando presente en las personas que disfrutan con la sangre de las peleas reales de gladiadores, en la tortura y violación de seres humanos para luego vender las películas en los mercados negros, y en el salvajismo de tantos otros que con una motosierra o con armas parecidas, despedazan a otro ser humano, haciéndolo sufrir de forma indecible, derramando sangre a borbotones y causando pánico, terror y miedo.
Fuera de los seres humanos que vivimos en la superficie del planeta, es posible que sigan existiendo estos seres malvados que no conocemos y que se parecen más bien a los demonios, o que tienen tratos con ellos, para hacer sufrir a otros individuos de forma inhumana.
Evidencias existen, que en todas las culturas se ha hecho sufrir a los seres humanos, de manera que se les cause terror y pánico, expresiones más altas de miedo, de modo que produzcan vibraciones gamama, para alimentar energéticamente a seres de frecuencias vibracionales bajas. Pensar en esto, es pensar en los demonios, que quieren causar el mayor mal posible a todos los seres humanos, y si no fuera porque Dios no lo permite, ya estos seres, hubieran agarrado a todos los seres humanos, para torturarlos y hacerlos padecer lo indecible.
En conclusión y fundamentado en el libro de John Henry Builes puedo decir, que muchos de los habitantes de la Primera Tierra, pueden ser seres superiores a nosotros por la falta de hibridación y muchos pueden tener el corazón inclinado al bien, como existe la posibilidad que muchos quieran hacer daño a la humanidad y obtener beneficios egoístas.
Es evidente que en casi todas las culturas de la Tierra existían sacrificios humanos o de animales, que implicaban un derramamiento de sangre abundante y profuso, e infligir en la victima terror, miedo y pánico para generar ondas gamma de vibraciones bajas para alimentar seres de otras dimensiones.
Estas prácticas todavía siguen existiendo en rituales satánicos y no cabe duda que los demonios se complacen con este tipo de sacrificios macabros y se alimentan del dolor de las víctimas, y del pecado y la sevicia de los victimarios, y muchos seres identificados con demonios actúan como tales, con su misma maldad.
De modo que Enlil y Enki, no son más que habitantes de la Primera Tierra que se pueden hacer pasar por dioses, entre muchos otros seres de la Primera Tierra. No se puede negar que la Biblia recoge algunas de estas cosas que se vivían en la Primera Tierra, como los gigantes, y algunos textos hablan de los alienígenas, las malas traducciones dicen “extranjeros” y la posibilidad que muchos escritores sagrados se encontraron frente a tecnología que no sabían describir y lo hicieron como mejor pudieron, y el libro de Ezequiel puede ser una prueba de esto; pero aunque esto exista, no significa que la Biblia haya sido manipulada por entidades extraterrestres y por fuerzas oscuras contradiciendo la voluntad divina.
Queda evidenciado en el Nuevo Testamento, que Jesús es un ser bueno, y aún una persona sencilla con un buen corazón y abierto a la verdad puede llegar a intuir que el texto lo revela como Dios; muchos expertos han estudiado los evangelios y han afirmado que son textos que responden a intenciones teológicas, y que han presentado la figura de Jesús con objetividad, aunque cada evangelio con un tiente un rasgo especifico de Jesús. Los cuatro evangelios que fueron escritos en épocas diferentes, en comunidades diferentes y por personas diferentes, dan prueba de que son textos fiables y que tratan de ceñirse a la persona de Jesús, sin incluir aquí los escritos gnósticos, que son mucho más tardíos.
Jesús, que es un ser bueno, nunca desconoció, descalificó ni desautorizó el Antiguo Testamento, al contrario, en muchas ocasiones hizo referencia a él y sus personajes. Él mismo corrigió cosas del Antiguo Testamento cuando dice: “Eso lo hizo Moisés por lo duros de corazón que eran vuestros padres, pero ya no será así”.
El mismo Jesús, es un argumento que contradice la teoría de querer pensar que detrás de la divinidad Yahveh, se escondían seres extraterrestres como Enli y Enlil y aunque es verdad la crueldad con la que aparece representado el Dios Yahvé, esto responde más bien a la idiosincrasia de esos pueblos de la antigüedad que destacaban por ser bastante crueles y los autores sagrados inmersos en esta cosmovisión escriben sus textos en los mismos términos en los que vivían, pero a pesar de esto, se puede encontrar el mensaje teológico del texto que se encuentra detrás y que corresponde a la voluntad divina. Dios escribe a través de instrumentos humanos, en palabras humanas y con costumbres humanas. Esos pueblos no tienen el grado de evolución moral que hoy tenemos los seres humanos, pues hoy se respetan el derecho de las personas y se le reconoce al ser humano una dignidad que debe ser respetada.

En conclusión, el Dios del Antiguo Testamento es el mismo Dios de Jesucristo, que es un Dios bueno y misericordioso y ni Enki ni Enlil son los padres de Jesús, a quien Él tantas veces hizo referencia.

martes, 4 de julio de 2017

Estas detrás de las cosas así creadas
Y no encuentro más que hermosura
Que hace saltar mi espíritu de alegría
Al contemplar tanta belleza y bondad
De un ser del que dimana tanta luz,
Pero lo único que es,
es puro amor.

Obra de amor...

Padre Dios, gracias por haber creado este mundo maravilloso; gracias por la luz del Sol, por las plantas, por los animales, por el sereno y todo tiempo. 

Gracias por tu mano creadora que ha sacado todo de la nada y has comunicado a toda la creación el don de la existencia y tu propia hermosura; 
haz padre Dios 
que no desdibujemos tan grande obra de amor 
y podamos responder 
a nuestra altísima vocación. 

sábado, 1 de julio de 2017

John Henry Builes y la teoría del diseño inteligente.



La teoría del diseño inteligente se originó en la década de los años 80 con los críticos de la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin; uno de los primeros impulsores fue Michael Denton, bioquímico australiano e investigador de la universidad de Otago en Nueva Zelanda. Su obra principal, “Evolution: a theory in crisis y naturae destiny”, explicaba que la complejidad del mundo natural no podía ser explicada mediante la acumulación de cambios aleatorios y sostenía que nuestro entorno natural parecía estar diseñado para albergar la vida.
Denton nos hace pensar en la teoría del diseño inteligente que nos dice, que una inteligencia superior, ha creado el universo con un diseño inteligente implícito, con leyes particulares y precisas, puntuales, exactas y minuciosas en todos los niveles, que sin tal diseño, sería imposible que las estrellas se hubieran formado; que la Tierra se encuentre a una distancia adecuada del Sol para posibilitar la vida; que los cinturones Van Allen, compuestos de cargas eléctricas rodeen tan equilibradamente nuestro planeta, haciendo de escudos protectores contra las partículas de radiación trasportadas por el viento solar; que la Luna se encuentre en la posición adecuada que permita la vida en la Tierra o como también, lo llegan a afirmar muchos científicos, que la creación de la célula y el ADN incluye ingeniería genética, y que es imposible que esto haya sido producto del azar, entre otras muchas cosas; es decir, todo el diseño del universo y las leyes cósmicas y micro cósmicas son tan perfectas, exactas, puntuales que resulta imposible que todo lo que existe se hubiera formado por simple casualidad o azar.
¿Tanta precisión para algo sin propósito y finalidad? Suena como una pregunta absurda; y en consecuencia con la razón y el sentido lógico y común de las cosas, cada vez hay más científicos que con los datos actuales de la astrofísica, la biología, las matemáticas y otras ciencias, argumentan que lo más lógico es decir que “alguien o algo” está detrás de todo; una inteligencia o alguien, a quien se le puede llamar Dios, un diseñador del universo, un diseñador que planeó de manera inteligente su gran obra y que creó vida inteligente que es capaz de preguntarse: ¿por qué existe?… ¿con qué fin? y… ¿quién es el diseñador?

En consecuencia de esto, las ciencias están aportando tantos datos para sostener la tesis que detrás de la creación universal existe una inteligencia superior que diseñó y proyectó el universo con la capacidad de albergar vida inteligente. En este sentido Paul Davies, físico y matemático australiano y profesor del centro australiano de astrobiología de la universidad de Macquarie afirma lo siguiente: “según el principio antrópico, las condiciones físicas que hacen posible nuestra existencia se encuentran tan enormemente ajustadas que es difícil pensar que nuestra existencia es un simple resultado del azar o de fuerzas ciegas” (…) “pertenezco al grupo de científicos que no suscriben ninguna religión convencional y, sin embargo niegan que el universo sea un accidente sin significado”, es decir, son de los científicos que creen que hay una inteligencia detrás de la creación de las cosas y que todo tiende hacia un fin de acuerdo con esa inteligencia creadora.
Otro científico, que se hace igual pregunta, es el matemático británico Roger Penrose quien tomando en cuenta las variables físicas ha intentado responder preguntas como las siguientes: ¿Cuál es la posibilidad de que en un universo que empezó a existir por casualidad produzca organismos vivientes? Y responde él: una en billones, una en trillones y habría que pensar en cifras mucho mayores… es decir, según él, la posibilidad está de un uno seguido de 23 ceros, es decir, al final concluye el matemático, que es probabilidad cero, no existen probabilidades de que se produzca vida en un universo que ha sido creado al azar o por accidente.
Algunos defensores del ateísmo han tratado de presentar la teoría del multiuniverso, como una tesis, contrapuesta a las constantes evidencias y que cada vez más, hay muchos científicos que apoyan la teoría que existe una inteligencia creadora detrás de todo. La teoría del multiuniverso fue propuesta por el físico matemático estadunidense Hugh Everett, quien en estos últimos años formuló la teoría de multitud de universos y de mundos posibles; y muchos defensores del ateísmo científico, apuestan por esta teoría, porque según ellos se encuentran más posibilidades de que todo haya sido creado y generado al azar y sin causa ninguna, pero es una teoría tan imposible de probar, como los que sostienen el diseño inteligente del universo y aunque se pudiera llegar a probar la teoría que existen multitud de universos, sigue existiendo la misma probabilidad de que exista un diseño inteligente detrás de toda la obra de la creación.
Otro de los defensores de la teoría del diseño inteligente fue el abogado Philip E. Johnson, quien fue considerado uno de los padres de la teoría del diseño inteligente cuando en la década de los 90 publicó su obra “Darwin on trial” (Juicio a Darwin, Universidad de Berkeley, California) se dedicó a refutar el naturalismo filosófico y según él, la teoría de la evolución de las especies no era más que una reformulación y en este sentido, el profesor de bioquímica de la universidad de Lehigh Pennsylvania Michael J. Behe en su obra “Darwin black box”, la caja negra de Darwin, afirmaba que en la naturaleza existen sistemas tan complejos que no pueden explicarse por la acumulación gradual de pequeñas mutaciones aleatorias. Algunos de ellos requieren una estructura mínima para ser funcionales y menciona que hay sistemas irreductiblemente complejos.
Dice que la célula es un sistema irreductiblemente complejo, pues es un sistema biológico de base bioquímica, que contiene a su vez múltiples sistemas irreductiblemente complejos según él y es algo que charles Darwin por las limitaciones técnicas de su época no pudo observar en detalle, por lo que sí se puede hacer hoy y por esto, dice, Behe, que la célula es la caja negra de Darwin porque da pruebas de un diseño inteligente y es imposible que sea un producto del azar o de una evolución natural sin causa alguna o sin un diseño inteligente detrás.
Apoyando la teoría de Behe, en 1998 el matemático de la universidad de Baylor, Wiliam A. Dembski públicó un trabajo llamado: “The dising interference”, La interferencia del diseño, respondiendo a una pregunta: ¿Cómo podemos identificar un suceso producido por una causa inteligente o distinguirlo de uno ocasionado por causas naturales no dirigidas? En otras palabras, la pregunta responde a la pregunta: ¿si carecemos de una teoría causal?, cómo responder a la pregunta: ¿cómo saber si actuó o no una causa inteligente?
Dembski, dice que un suceso específico de baja probabilidad no sucede al azar y afirma que este concepto resulta útil en múltiples campos y ciencias; según él, en el diseño no existe la posibilidad del azar y si encontramos algo en la naturaleza que no puede ser explicado por una ley natural y tampoco tiene sentido explicarlo como un mero producto del azar, entonces lo que hemos encontrado obedece a un diseñador.
Decir que algo está diseñado, es considerar que exhibe un cierto tipo de patrón y, en consecuencia, Dembski propone algunos pasos para ir del diseño al diseñador inteligente y él lo explica en uno de sus artículos de ciencia y diseño de 1998: 
“¿Qué significa que un patrón es adecuado para inferir un diseño? Esto no ocurre con cualquier otro patrón. Algunos patrones pueden emplearse con justicia para inferir diseño, mientras otros no lo hacen. Es fácil aquí ver la idea básica. Supongamos que un arquero se encuentra a 50 metros de una gran pared, con el arco y las flechas en su mano. La pared digamos que es lo suficientemente grande como para que el arquero irremediablemente acierte. Supongamos ahora, que cada vez que el arquero dispara una flecha, pinta un circulo en torno a la flecha, de manera, que esta queda en el centro. ¿Qué puede concluirse de esta situación? Respecto a la puntería del arquero, absolutamente nada, si apareciera un patrón, pero este patrón surge después de que la flecha haya sido lanzada. El patrón es puramente circunstancial.Pero supongamos que el arquero pinta un blanco fijo en la pared y entonces dispara. Supongamos que el arquero lanza cien flechas y cada vez hace un blanco perfecto ¿Qué puede concluirse de esta situación? Frente a esta situación nos encontramos obligados a inferir que se trata de un arquero de nivel mundial, uno de cuyos tiros no puede explicarse con justicia como producto del azar, sino más bien la habilidad del arquero y su destreza. La habilidad y la destreza son lógicamente ejemplos de diseño”.
En consecuencia con esto, tanto en el microcosmos como en el macrocosmos se han encontrado pruebas evidentes de habilidad y destreza, que no pueden ser explicadas como un mero producto del azar o de una simple causa sin causa.
Es bueno resaltar que los autores anteriormente mencionados son defensores de la teoría del diseño inteligente, que nada tiene que ver con el creacionismo que es extractado del libro del Génesis en la Biblia y los autores de esta teoría se presentan agnósticos, sobre quién es la fuente de este diseño, lo cierto es que multitud de científicos están optando por esta teoría, especialmente los norteamericanos y la gran red tejida por “Discovery Institute” a través de sus oficinas centrales en Seattle y en Washington, Estados Unidos.
La teoría del diseño inteligente, estudia patrones en la naturaleza que solo se pueden entender a través de una inteligencia y es bueno mencionar algunos datos científicos que dicen que hay cosas que no pueden ser producto del azar.
Fred Hoyle, explicando la síntesis del carbono en el interior de las estrellas, dice que debería darse una resonancia nuclear muy especial, como si las leyes de la naturaleza lo hubieren pensado a propósito, para conseguir sintetizar el carbono, que es el elemento clave en la estructura orgánica de los seres vivos y sin el cual no podrían existir.
El astrónomo John Barrow dice que el eje terrestre de la Tierra oscilaría caóticamente en breves periodos de tiempo si no fuera por la presencia de la Luna, que actúa como una pesa estabilizadora en el sistema Tierra-Luna; y lo mismo sucede con Júpiter que en el Sistema Solar no permite que muchos meteoritos bombardeen la Tierra, porque es una barrera protectora de asteroides erráticos, es como si alguien quisiera favorecer la vida en la Tierra.
El bioquímico Michael Behe, dice que el desarrollo del flagelo bacteriano tiene una complejidad tal, que es imposible que sea una secuencia casual, que haya permitido su desarrollo, y lo mismo dice del ojo humano, que tiene una complejidad tal, que es imposible que se haya desarrollado a base de mutaciones aleatorias.
Darwin Behe, dice que la molécula de ADN, contenedora del mensaje genético bajo el cual se desarrollan los seres vivos con su doble hélice enrollada, es imposible que sea un mero producto del azar y retoma el argumento de Payley un teólogo inglés del siglo XIX quien decía que si en un paseo campestre nos encontrábamos un reloj, sería absurdo pensar que es producto del azar o de fuerzas ciegas de la naturaleza y esto no tiene sentido pues la complejidad de la máquina haría que supusiéramos por fuerza, que existía un diseñador, y dice que el diseño de la molécula de ADN no es menos compleja que el reloj, por lo que se hace imposible que este ajuste tan perfecto sea producido a ciegas o por simples fuerzas del azar, sin un patrón establecido.
Mirando todo lo anterior, puedo adentrarme con el pensamiento de John Henry Builes en su libro “Historia primitiva de la humanidad”, evidentemente el autor cree en Dios y cree que Dios es el ingeniero y el diseñador de toda la creación.


John Henry Builes, se aleja diametralmente de aquellos científicos perplejos por la contundencia de las evidencias, que se han atrevido a decir, que los seres humanos somos el producto de ingeniería genética extraterrestre, es decir, que fuimos creados por seres de otros planetas o de otros sistemas estelares.
John Henry Builes, dice que todos los seres humanos se han originado en este planeta y que Dios, hace miles de años, ha actuado milagrosamente para poder crear al ser humano; permitió el desarrollo de una especie primigenia de homínidos y dentro de esa especie, hizo evolucionar una hembra que se convirtió en un puente entre los animales y los hombres; los animales con 48 cromosomas y los hombres con 46 cromosomas, pero esta hembra primigenia que actuó de puente contaba con 47 cromosomas; la naturaleza se podía inclinar hacia los 48 y producir animales o podría inclinarse hacia los 47 y producir seres humanos; de hecho John Henry Builes, describe que en algún momento, un macho de la especie, se unió a la hembra y el ser que surgió de esta unión, fue un homínido con características de animales; la hembra solo tenía la función de ser puente y fue creada por Dios para este único fin y también la naturaleza la inclinó a este fin.
Según John Henry la hembra primigenia, se puede llamar la Eva bestia, quien es la madre de Adán y esto estaba dentro de la voluntad divina, pero debido a la rebeldía de Adán, este se unió a ella y nació Caín en contra de la voluntad divina. Dios también creo a la Eva humana, que debería ser la madre de todos los seres humanos, pero por la rebeldía de Adán, se produjo una hibridación con los animales y los genes divinos de Adán quedaron contaminados con los genes de los animales y esta es la razón, por la que los seres humanos tienen esas inclinaciones bestiales en su propio interior. Todos los seres humanos deberíamos haber sido descendientes de Adán y la Eva humana, para contener los genes de Dios y conservarnos en el estado de gracia original, es decir, los dones naturales a plenitud, los dones preternaturales y los dones sobrenaturales, o para decirlo de otro modo, es lo que en la Sagrada Escritura se describe como “los hijos de Dios y los hijos de los hombres”, entendiendo a estos últimos como los descendientes de Caín, es decir, Caín es hijo legítimo de Adán, pero no es hijo de la Eva humana, sino hijo de la Eva pre-humana y por lo tanto, quedó contaminado con los genes animales y con las inclinaciones bestiales de los animales, a estos en la Biblia se les conoce como los hijos de los hombres, que ya no tiene los dones naturales a plenitud, ni los dones preternaturales y los dones sobre naturales.
En conclusión, tenemos dos especies, una superior y otra inferior; los hijos de Dios son la especie superior, que desarrollaron las civilizaciones avanzadas pre diluvianas y que por su gran inteligencia lograron un mayor grado de tecnología y civilización que la tenemos hoy y luego, se encuentra la especie débil de Caín, que son los hijos de los hombres y sin las capacidades y cualidades de los hijos de Dios y estos también crearon sociedades, que ya no existen y lo único que podemos encontrar son vestigios arqueológicos.
Según John Henry, los hijos de Dios se mezclaron con los hijos de los hombres y produjeron una tercera especie de híbridos, de modo, que tenemos una primera especie, pura, una segunda especie hibridada con animales y con un cierto grado de degenero y una tercera especie más elevada que los descendientes de Caín, pero inferior a los hijos de Dios.
Según John Henry, la humanidad de la superficie desciende de Noé, que era un auténtico hijo de Dios y de su esposa que era una híbrida, quienes tuvieron tres hijos: Cam, Jafet y Sem, de los cuales, descendemos los seres humanos de la superficie y heredando tres razas, que originaron el resto: los blancos o arios, los negros y los amarillos.
Muchos de los humanos que se fueron a las estrellas y los que se fueron al interior del planeta, se encontraban menos hibridados con los genes animales, de modo, que tiene más parte de los genes primordiales o los genes divinos, y esta es la razón, por las que muchos de ellos tienden a ser del tipo nórdico y nos llevan un adelanto tecnológico de muchísimos años.
En conclusión, podemos decir, con John Henry Builes:

*Que el ingeniero y el diseñador que está detrás de las cosas que existen en la creación y que los científicos dicen que no pueden ser producto del azar, es Dios.

*Que no existen los extraterrestres creados y originados fuera del planeta Tierra; *que existen los seres humanos de la superficie, *que somos descendientes de Noé, un hijo de Dios y una mujer híbrida y que por lo tanto, podemos estar más hibridados que algunos seres humanos que emigraron a las estrellas o que se encuentran en el interior del planeta y esto explica la razón por la que nos superan en tecnología.

*Que según el plan divino, el planeta Tierra, es el centro de los universos creados y por crear y *que todos los seres que hoy llaman “extraterrestres”, descienden de Adán, de la Eva pre-humana y de la Eva humana, lo mismo, que los seres humanos de la superficie y que los seres humanos, tanto los que viven en el interior del planeta, los de la superficie y los de las estrellas, están siendo preparados para convertirse en los gobernadores de los mundos creados y por crear.

*Que todavía, Dios no permite la creación de seres inteligentes y espirituales con un código genético diferente al de los seres humanos, pero llegará el tiempo en que lo va a permitir y existirían muchas clases de seres corporales y espirituales en todos los universos materiales, y en los universos espirituales seguirán existiendo los seres espirituales, hasta que, en años inimaginables, haya una espiritualización de toda la materia, en todos los mundos posibles.

*Que los demonios están asumiendo cuerpos materiales y se están haciendo pasar por extraterrestres, pero que solo son abominaciones y que el hombre tendrá que llegar a un grado de compresión, que tendrá que dedicarse a aniquilar, matar y destruir estos seres, que son un cáncer para la creación y no puede permitir que más demonios se encarnen en cuerpos materiales.

*Que en la voluntad divina, todos los universos creados, llegarán a su máxima belleza, tanto en los seres animados, como en los seres inanimados y en ese momento todo habrá alcanzado el punto culminante del alfa y la omega, cuando Dios sea 
Todo, en Todo.





miércoles, 14 de junio de 2017




¿A quién me dirijo?


A la nada o a aquellos que no pueden pensar y tomar decisiones…

¡No! me dirijo aquellos que tienen la verdad
y pueden apreciar lo bello,
a aquellos que saben que la luz existe
y que no se debe perder en el camino de la existencia;
me dirijo aquellos que conocieron el amor y no lo rechazaron sino que lo merecieron.


John Henry Builes y las teorías del origen de la vida en el espacio exterior.


Con el avance de la ciencia, muchos estudiosos del origen de la vida, han revaluado muchas antiguas teorías y ha tomado mucha fuerza la “panspermia”, palabra que viene del griego “pan” = todo y “sperma” = semilla; y propone que la vida pudo tener su origen en cualquier parte del universo y que pudo haber llegado a la Tierra por meteoritos o cometas; uno de los primeros que empezó a divulgar esta idea, fue el sueco y químico Svante August Arrhenius, el astrónomo Fred Hoyle también apoyó esta teoría, pero fue el premio Nobel de Química Svante Arrhenius quien popularizó la idea, y decía, que la vida había llegado de otro planeta a la Tierra en forma de bacterias.
Otro estudioso importante, James Dewey Watson, biólogo estadunidense y premio nobel de Fisiología o Medicina quien descubrió la estructura molecular del ADN con ayuda del británico Francis Crick, sostiene que la vida se originó en el espacio exterior.
Algunos sostienen que la vida se originó aquí en el planeta, como el soviético A.L. Oparin y el inglés J.B.S Haldane, quienes publicaron en la década de los 20, independientemente cada uno, trabajos acerca del origen de la vida, de un corte eminentemente materialista, donde afirmaban que en la tierra primitiva existían elementos como: el metano, amoniaco, vapor de agua e hidrógeno, elementos que gracias a los rayos ultravioletas del Sol y a ciertas formas y descargas energéticas, dieron origen a los aminoácidos, como principios de la vida.
En el año de 1952, el estadunidense S.L. Mille, quiso demostrar la teoría de Oparin y construyó un aparato donde introdujo metano, amoniaco, vapor de agua e hidrógeno y sometió todo esto a descargas eléctricas durante una semana y obtuvo algunos aminoácidos.
Este experimento, supuestamente, apoya la teoría de Oparin, que dice que luego de los aminoácidos, se formaron amontonamientos o agregados moleculares de compuestos orgánicos que fueron un puente para que se formara la célula; es decir, explica él, que estos agrupamientos de aminoácidos que llama “coacervados” y a través de la selección natural, llegaron a niveles superiores de organización y según estas teorías, tendríamos el origen de la célula.
Pero es bueno saber, cuál es la estructura fundamental de la célula y para esto, surgieron dos científicos alemanes: Matthias Jakob Schleiden (1804-1881) y Theodor Schwann(1810-1882) quienes propusieron los primeros principios de la teoría celular, basados en estudios anteriores.
En primer lugar, dijeron que la célula es una unidad anatómica o estructural de los seres vivos, pues se considera que todo ser vivo está formado por lo menos por una célula y la segunda idea importante de ellos, es que la célula es una unidad fisiológica de los seres vivos, porque cada una lleva funciones propias de un ser vivo, como: nutrición, crecimiento, reproducción y muerte y por último, toda cedula proviene de otra ya existente.
De acuerdo con lo que los científicos han descubierto de la célula, desde hace más de cien años, es imposible sostener teorías del origen de la vida como la generación espontánea, es decir, que de la nada se originó la célula; tampoco se sostiene la teoría de Oparin, pues hoy se ha demostrado que la célula es una verdadera obra de ingeniería genética, que para haber sido creada, se necesita de una inteligencia superior y no existe, si quiera, una remota posibilidad de que esto haya sucedido de otro modo. Solo una inteligencia superior, pudo haber creado la célula, ---conclusión a la que están llegando los más reconocidos científicos del mundo---, y es imposible que ésta, sea producto del azar.
En este sentido, tampoco se sostiene la teoría de Svante August, quien dice que la vida se creó en otro planeta del espacio exterior y pudo llegar en un meteorito a la Tierra o cometa; pues sabemos lo que pasa con una estructura tan frágil como la célula, sometida a grandes temperaturas, cuando el meteorito se convierte en una masa incandescente, debido a la fricción producida al contacto con la atmósfera: la célula no sobrevive sin unas condiciones atmosféricas ideales.
De acuerdo con lo anterior, solo nos queda una posible teoría, que puede ser sostenida y que muchos científicos serios y aun ortodoxos están aceptando progresivamente, y es que seres de otro mundo, crearon la vida en la Tierra, pues los hallazgos en genética, biología, bioquímica y astrofísica muestran que nuestro ADN fue fabricado de forma artificial, por una inteligencia no humana, que llegó a nuestro planeta hace millones de años, desde algún lugar del universo.
En el ADN existe información codificada para poder generar la vida en nuestro planeta y es una tesis defendida por Francis Crick, premio Nobel de Medicina en 1962.
Los experimentos del año de 1953 de Harold Urey y Stanley Miller de la Universidad de Chicago, sobre la “sopa primordial”, como ya lo explicamos anteriormente, algunos compuestos inorgánicos de la naturaleza que dieron paso a compuestos orgánicos, es una teoría que no probó nada; la célula no necesita solo proteínas y aminoácidos para su configuración, pues tiene elementos tan complejos como los ácidos nucleicos que son los que conforman el ADN y el ARN que se encargan de trasmitir a la célula las órdenes e instrucciones necesarias para que se reproduzca por sí sola. ¿Quién diseñó estas órdenes e instrucciones? Pregunta misteriosa que nadie ha podido responder, y que hace pensar a muchos que existe una inteligencia superior detrás y que es imposible que esto se dé solo por generación espontánea.
Cuando los biólogos James D. Watson y Francis Crick descubrieron la estructura del ADN en forma de doble hélice, las cosas se siguieron complicado para los defensores de las teorías de que la vida se había originado en la Tierra de forma casual, y esto llevó a que en 1986 con la participación de 22 países y 300 científicos en un famoso congreso “sobre los orígenes de la vida” celebrado en Berkeley en Estados Unidos, concluyeron que la teoría de la “sopa primordial” no podía ser aceptada ni como remota posibilidad, y desde este congreso muchos científicos muy serios de talla mundial han hecho afirmaciones como la del astrofísico Fred Hoyle: “La vida fue creada por una inteligencia no humana”. ¿Porqué? “Porque existe una ingeniería en el ADN y esto significa que ha sido pensado”.
Los científicos se han visto desconcertados al descubrir ácidos desoxirribonucleicos conectados por una serie de aros, que se forman de cuatro compuestos orgánicos tremendamente complejos y que al final, se pueden combinar de infinitas formas y posibles consecuencias, mediante compuestos de azúcar alterados con fosfatos. A todos los científicos serios no les queda más que una frase “aquí hay un trabajo de enorme ingeniería” y esto implica una mente superior detrás y la imposibilidad de que sea un producto del azar.
Ante estas abrumadoras y demoledoras evidencias, Crick, plantea la posibilidad de la “Panspermia dirigida” que dice que nuestro ADN, fue diseñado, fabricado y traído a nuestro planeta por alguien, pero muchos científicos tienen miedo de llegar realizar estas afirmaciones por miedo a retaliaciones laborales, como le pasó a David Coppedge, que fue despedido de la NASA por creer en un diseño inteligente del Universo.
Y para los que profesan una cierta forma de ateísmo y se apoyan en la teoría de la evolución de las especies de Darwin, la teoría ya fue completamente destruida, paradójicamente por uno de sus más furibundos defensores, Michael J. Behe, quien dice que ha encontrado tantas evidencias que le impiden seguir creyendo en la evolución, pues sus hallazgos de bioquímica apuntan a un diseño inteligente y una inteligencia no humana, en la creación de todo lo que existe.
Sistemas de nuestro organismo como: la coagulación de la sangre, el transporte intracelular, biosíntesis de moléculas complejas e inclusive el funcionamiento del mismo ojo, es algo que deja sorprendidos a los científicos y que no pueden explicar sin pensar que existe una inteligencia superior detrás de todo esto.
Lo anterior, solo nos deja con dos posibilidades: que la vida fue creada por extraterrestres fuera del planeta y luego en condiciones adecuadas la trajeron, o fue creada en nuestro planeta por seres que vinieron de las estrellas hace millones de años.
Pero estas dos teorías también pierden su apoyo y fuerza con la siguiente pregunta: ¿y quién creó a los extraterrestres? Si el universo tiene 14 mil millones de años, podríamos pensar que existen sistemas solares con 10 mil millones de años, que tengan las condiciones necesarias para la vida… y ¿quién creó la vida en estos sistemas solares, antes de traerla al nuestro? Todos los días existen menos argumentos para los ateos, y solo nos queda una respuesta posible: DIOS.
Aquí es donde entra el libro de John Henry Builes “Historia primitiva de la humanidad”, y seguir pensando que sus teorías de la creación de la vida desde la perspectiva de Dios, son sólidas.
Aquí, tenemos que desechar la idea que la vida fue creada por una inteligencia extraterrestre y traída a nuestro planeta. Según John Henry Builes, Dios actuó en sus causas primeras, es decir, intervino milagrosamente, creando de la nada, la célula y los compuestos necesarios que dieron origen a la vida. Primero creó Dios el escenario natural de plantas y seres vivos, hasta llegar al hombre y según lo que se puede intuir de esta teoría, lo sigue haciendo y lo ha hecho en otros planetas y sistemas del multiuniverso, es decir, todos los días se crea la vida sin que intervengamos los seres humanos que no podemos salir de nuestro planeta o los seres humanos que pueden viajar a ciertos planetas, pero que no pueden alcanzar mundos lejanos; con esto, quiero decir, apoyado en John Henry, que Dios sigue creando células germinales de vida, en sus causas primeras, sin la intervención de ninguna inteligencia creada, fuera de Dios, en otros mundos, que no nos alcanzamos a imaginar.
En estos mundos, se crea el escenario para una vida biológica física, es decir, muchas especies de animales y plantas, mundos que se encontrarán en la espera, que miles de años, sean poblados por seres espirituales y físicos, como lo somos los seres humanos que habitamos en el planeta Tierra y los que habitan fuera de él.
Según John Henry, la perfecta unión entre el mundo espiritual y el mundo material, es decir, nosotros los seres humanos, solo ha sido originada por Dios en el planeta Tierra y los otros mundos están a la espera de ser poblados por seres como nosotros en futuros lejanos. Con esto, se concluye, que la Tierra es el centro de los universos creados y por crear, es el centro de toda la creación, y donde se ha dado el culmen de la unión espiritual y la unión material en el hombre.
Todos los seres que comparten nuestro mismo código genético y que existen en otros planetas, han salido de la Tierra, y no existe ser que tenga un código genético diferente al nuestro, y que contenga la unión perfecta, del mundo espiritual y del mundo material, en ninguna parte de los universos creados y por crear.
La obra de la creación se encuentra en sus inicios y por lo tanto, el ser humano es el culmen de esta creación y el principio de todos los seres creados y por crear en los mundos físicos, sin contar los mundos espirituales. En algunos planetas y estrellas cercanas, solo hay seres humanos descendientes de Adán y las Evas pre-humana y humana, y en los mundos más lejanos, solo existen seres espirituales, que aunque son del mundo espiritual, que es inmensamente más hermoso y grande que el mundo material, se maravillan de la hermosura y la grandeza del mundo material.
En conclusión, podemos decir, que la ingeniería genética y la inteligencia superior que creó los ácidos que forman el ADN Y el ARN y que son indispensables para que exista la célula y funcione bien, es DIOS y que la teoría más válida que hasta el momento he encontrado del origen del universo y del ser humano, es la que presenta John Henry Builes en su libro “Historia primitiva de la Humanidad”.

Para más información buscar: www.misteriosarealidad.com





Gracias Padre Dios





Gracias Padre Dios, por haber creado a los ángeles 
y seres espirituales buenos, que nos ayudan y nos llevan a la luz apartándonos de las tinieblas. 
Ellos fueron los primeros que combatieron 
contra el mal en el mundo espiritual 
y buscaron en primer momento la luz, 
por esto, son nuestros guardianes de la luz 
que nos ayudan a encontrar el camino de la verdad; 
Gracias Padre Creador de todo
por no dejarnos a nuestra propia suerte 
         y darnos una ayuda que nos lleva siempre a la verdad.                   Amén.