La
descendencia de Caín empieza a multiplicarse y se crea un pueblo que se denominan
los quenitas, y a los descendientes
de Caín los vamos a conocer como los “hijos
del hombre”; los hijos de Dios
que son los descendientes de Set, empiezan por extinguir a los hijos de los
hombres persiguiéndolos, pues ya hemos visto que los hijos de Dios son de
naturaleza superior a los hijos de los hombres.
Caín,
hibridado con los genes animales, toma por esposa a una auténtica hija de Dios
y mejora la especie, por lo que la descendencia de Caín se recuperó
notablemente y de esta descendencia tenemos a Enoc, que era un hombre superior
a su padre, por tener descendencia de una hija directa de Dios.
Uno
de los hijos descendentes de Caín se llama Lamec, en quien van a prevalecer los
genes animales, se puede considerar un hombre inicuo que dio inicio a la
poligamia y no tenía contemplación para asesinar a otras personas.
Los
descendientes de Caín se dedicaron especialmente a tres artes:
*
los descendientes de Yubel practicaban la música especialmente con instrumentos
hechos de los carneros;
*
otros se dedicaron a ser pastores y
*
otros a ser forjadores de hierro con Lamec y su hijo Tubalcaín.
Esta
es la descendencia de Caín que se multiplicó a través de muchos descendientes
formando grandes pueblos conocidos como los hijos de los hombres por
su condición de inferioridad con respecto a los hijos de Dios.
Los
hijos de Dios son los descendientes de Set, que rápidamente procuraron el
progreso material, industrial, cultural y al principio los hijos de Dios se
dedicaban a dar culto a Dios pues no se hibridaban con los hijos de los hombres
por lo que no se habían despertado la furia de sus pasiones.
El
nieto de Adán, Enos, diferente a Enoc, fue quien primero empezó a invocar el
nombre de Dios, pero en la medida que empezó el hibridaje con los hijos de los
hombres, los hijos de Dios empezaron a perder progresivamente sus dones
sobrenaturales, sus dones preternaturales y sus dones naturales también se
vieron afectados.
Los
hijos de Dios fundaron ciudades como la Atlántida y parecían súper hombres y súper
mujeres, por las capacidades que tenían y por su gran inteligencia que les
permitió desarrollar civilizaciones superiores a la nuestra; en la medida que
los hijos de Dios se degeneraban, los hijos de los hombres sufrieron una
recuperación significativa con el hibridaje con los hijos de Dios; de modo que
fue surgiendo una humanidad con el arrebato de las pasiones de Caín, pero con
la inteligencia de los hijos de Dios.
El
libro nos resalta que Caín hizo frente a sus pasiones y las dominó, por lo que
consiguió ser un ser elevado y de admiración, mientras Lamec se dejó arrastrar
por el impulso de ellas y se convirtió en un ser bajo que llevó a la humanidad
a la declinación del bien, al egoísmo y a obrar por instintos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario