El
autor empieza por explicar la existencia de la Atlántida fundamentándose en los
diálogos de Platón y dice que el panteón de los dioses griegos tiene mezclado
el mito con la realidad.
Explica
que Poseidón, no es mas que un hijo de Dios de la Primera Tierra con los dones
preternaturales y sobre naturales a plenitud lo que lo hacía aparecer como un
ser superior y casi divino y como se conocen otros "hijos de Dios" en la Primera
Tierra con las mismas características.
Dice
que la descendencia de Poseidón procede de una mujer híbrida que ya no era
completamente hija de Dios, es decir, descendiente de Caín y de la Eva bestia o
pre-humana y con esta mujer, Poseidón tuvo diez hijos y a sus hijos varones les
encomienda el gobierno de las islas de la Atlántida.
Uno
de los hijos de Poseidón se llamó Atlas, de quien recibió el nombre la isla y
posteriormente todo el Océano Atlántico.
Los
Atlantes practicaban los sacrificios humanos y de animales y se hacían adorar
por seres inferiores como “dioses” y habían caído en muchas clases de
desórdenes morales.
El
sistema de gobierno de los Atlantes era monárquico y aunque Poseidón murió como
cualquier mortal, su pueblo lo había magnificado como un dios, le construyeron
un templo en el cual le darían culto y adoración y en su templo se ofrecían
tanto sacrificios humanos como sacrificios de animales.
Los
descendientes de los hijos de Dios que vivieron en la Atlántida, conservaban
parte del espíritu divino, hasta que de tanto mezclarse con los hijos
de los hombres, es decir, los descendientes híbridos de Caín y la Eva bestia,
perdieron casi por completo el espíritu divino, cayendo en las más bajas
pasiones y por lo tanto la apariencia de los Atlantes cambió tanto a nivel
físico, como a nivel espiritual y con la añoranza de los dones perdidos que
tenían por naturaleza, se entregaron al dominio de los demonios tratando de
recuperar los dones preternaturales perdidos; Herodoto nos dice que una de las
hijas de Atlas era Calipso y que era bruja.
Los
Atlantes sabían que su tragedia estaba a punto de llegar y se abalanzaron a la
guerra y Platón nos describe que su poderío militar podía calcularse en
millones; cuando estaban en la guerra se presentaron espantosos temblores de
tierra y grandes cataclismos, de modo que la destrucción total llegó en un solo
día y una sola noche y la Atlántida se abismó en el mar y desapareció para
siempre.
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