lunes, 15 de octubre de 2018

Capítulo 4,1a


La civilización de la Primera Tierra, se inició con nuestros primeros padres hasta antes del diluvio universal y era una humanidad que tenía conocimientos técnicos y científicos que desbordaba el hombre de la actualidad; con el diluvio se extinguieron los hijos de Dios y solo quedo Noé.

Los habitantes de la Primera Tierra conocían la electricidad, el electromagnetismo, los viajes en el espacio, fuentes de energía fundamentada en los cristales, ingeniería genética y el funcionamiento del cuerpo humano entre otras cosas; además muchos de los habitantes de la Primera Tierra seguían conservando en parte los dones preternaturales y sobrenaturales que los hacían seres superiores con respecto a las personas de nuestra época.
El diluvio borró esta civilización de la faz de la Tierra, pues se habían apartado del orden establecido por Dios y habían trasgredido tanto las leyes naturales como las leyes divinas, pues era una sociedad que practicaba la clonación, el homosexualismo, adulterio, aborto, experimentación con seres humanos, sacrificios humanos entre otras muchas otras cosas que rompen la ley natural y divina.
La Primera Tierra desapareció con el agua y nosotros que somos habitantes de la Segunda Tierra y nuestra civilización que viene desde el diluvio hasta nuestros días, estará condenada a desaparecer con el fuego, hasta que resurja una Tercera Tierra que puede durar miles de años y que los adelantos científicos no los podemos imaginar hasta que nuestra civilización termine en el plano físico, porque el tiempo se habrá cumplido y termine la Tercera Tierra para siempre con respecto a los seres humanos.
Pero continuará la creación de otros seres en el universo físico hasta que éste también llegue a su término y sea abrazado por el mundo espiritual llegando todo a una plenitud querida por Dios.
Pero antes de que los habitantes de la Segunda Tierra podamos pasar a la Tercera Tierra, tendremos que afrontar una dominación y engaño muy fuerte de los demonios, pues nos confundirán con la idea de seres de otros planetas; muchos de estos seres, aunque no todos, serán espíritus malignos que interactuarán con la materia y engañarán al hombre ofreciéndole tecnología y el objetivo de todo esto, es poder establecer el reino del anticristo aquí en la Tierra.

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