Cuando contemplo el Cielo obra de
tus manos;
la Luna y las estrellas que has
creado,
me pregunto:
¿Quién soy yo, para
que te acuerdes de mí?
¿Qué has visto en mí, que tus
pensamientos se detienen en mí?
Me has coronado de gloria y
dignidad,
y me estás llamando a poner mundos
bajo mis pies…
Miro en mis adentros y descubro una
luz maravillosa
que hace levantar los ojos de mi
alma hacia los cielos,
y se alegra mi corazón al
contemplar tu luz.
Y aunque mi cuerpo se marchita,
surge de mí, un águila que surca
los cielos,
y me poso en aquel lugar de quietud,
donde mi ser encuentra descanso,
y donde mis pensamientos,
son más preciosos que las piedras
preciosas,
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