martes, 16 de mayo de 2017

John Henry Builes y los gigantes


Con respecto a este tema de los gigantes, en la historia antigua de la humanidad, es bueno hacer referencia a un equipo de arqueólogos del Beloit College en mayo de 1912, en una excavación que realizaron en el lago Delavan en Wisconsin, E.U., encontraron muchos artefactos que supuestamente pertenecieron a la cultura Woodland, que según ellos es una cultura prehistórica americana que se remonta al primer milenio antes de Cristo y que encontraron 18 esqueletos de tamaño enorme, cráneos alargados y los esqueletos aunque eran muy grandes, tenían rasgos humanos normales.
Este descubrimiento se convirtió en una gran noticia, y tuvo tanto revuelo, que fue tomada por el New York Times y publicó la noticia el 4 de mayo de 1912, la noticia se dedica a describir las características de los huesos encontrados, y entre ellas, dice que son individuos de más de tres metros de estatura, y se preguntan: ¿quiénes son estos seres de los que no hay ningún registro? ¿Pueden ser seres humanos que vinieron de otro planeta y que pertenecen a la raza humana?… ¿o son antiguos asentamientos humanos, sobrevivientes de la tragedia de la Atlántida? El mismo periódico también hace referencia a otros descubrimientos que se han hecho en el pasado y se remontan a 1856, reportando un artículo con fecha de 21 de noviembre, afirmando, que en el sótano del viñedo Wickan del sheriff, en el este de Wheeeling, Illinois, unos trabajadores encontraron un esqueleto humano que tenía 3.5 m de estatura y los dientes como de un caballo; y doce años más tarde, en 1868, en el día de navidad, unos trabajadores de la compañía Sank Rapid Water Power estaban haciendo excavaciones para construir una hidroeléctrica a lo largo del rio Mississippi y desenterraron de la tumba de granito de 3.6 m de largo, 1.2 m de ancho y 1 m de profundidad, los restos de un gigante que se encontraba petrificado.

Todavía hay más artículos en New York Times, pero me ha parecido oportuno retomar el del 8 de septiembre de 1871, el cual menciona, que encuentran más esqueletos de animales en trabajos de excavación en Petersburg, Virginia, para la construcción de una línea férrea, así como esqueletos humanos de 2,5 a 3 metros aproximadamente; en otro artículo del 20 de diciembre de 1897 que hace referencia a Wisconsin, cerca de Maple Creek, descubrieron también el esqueleto de un hombre gigante en excelente estado de conservación. Otro descubrimiento sucedió en nuevo México el 11 de febrero de 1902, donde la noticia dice que se encontraron esqueletos de gigantes en un cementerio.
Este no fue el único periódico que informo sobre el tema, hay otros como: New Age Magazine en 1913, Popular Science en 1932, San Antonio Express 1940, entre otros.
James Vieira, se ha encargado de recolectar toda esta información y denunciar que es una información que se le oculta al público y especialmente por el Instituto Smithsonian, que ha comprado varios de estos huesos y luego los desaparece, como es su costumbre, y como lo denuncian los teóricos de la conspiración, que acusan a este Instituto de desaparecer, negar y camuflar pruebas arqueológicas que no respondan a los intereses de los illuminatis o de la familia Rockefeller y la familia Rothschild entre otras; lo mismo han hecho con los verdaderos huesos que supuestamente corresponden a los dinosaurios, pero que en otro artículo, ya comenté que no corresponden a dinosaurios, sino a animales extraños de la Primera Tierra.
James Vieira, que hizo la investigación antes de que existiera el internet, nos relata, cómo en San Diego California, un grupo de buscadores de oro, habían encontrado una capucha que parecía haber sido una mortaja y en un ataúd de 3 metros de largo encontraron un pedazo de piel seca que ya habían retirado, fue llevado al laboratorio químico de Smithsonian y para engañarlo, concluyeron que era piel hecha de gelatina y quien tenía la piel, engañado, acordó la venta al Instituto en 500 dólares, la compraron esmeradamente y luego como es su costumbre, la perdieron. En una fotografía en internet, se muestra al lado del gigante descubierto, al profesor McGee del Instituto Smithsonian y a la izquierda se muestra quien tenía el pedazo de piel y que fue engañado, y sus cabezas llegan solo un poco más allá de la cintura del esqueleto.  

Fuera de estos descubrimientos ---hay muchos más que son innegables---, la Sagrada Escritura tiene muchas referencias a los
gigantes, como por ejemplo: “Había gigantes en la tierra en aquellos días” (Gn 6,4).
En el salmo 21,20 y en paralipómenos 20,6 se nos dice: “Hubo una batalla en Gat, en la que se halló un hombre de alta talla que tenía seis dedos en cada mano y en cada pie, veinticuatro en todo, que descendía también de Rafa”.
“La cama de Anac media 3,90 m de largo por 1,80 m de ancho” (Dt 3,11).
Además de las varias citas bíblicas que atestiguan la existencia de los gigantes, también existen varios textos históricos y mitos de diferentes culturas por todo el mundo, que nos hablan de razas anteriores al diluvio universal y hacen referencia a los gigantes.
Hoy muchas personas tratando de resolver estos misterios han incursionado en la literatura apócrifa de la Biblia, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, y personas incautas, que no tienen una formación básica en investigación y principios básicos, creen que todos esos escritos son todos auténticos y que dicen la verdad sin cuestionarla.

Cuando nos acerquemos a un escrito apócrifo, podemos encontrar partes de verdad mezclada con mentiras, cuentos, fábulas, ideas filosóficas y corrientes de pensamiento que siempre tendremos que discernir, y es como tomar un clavo de entre un pajar. Por esta razón, un buen investigador debe conocer mucho, es decir, muchas corrientes de pensamiento, mucho sobre historia y tener una gran capacidad de indagar la verdad en medio de tantas cosas, que pueden aparecer como verdad, porque, de hecho, son presentadas como verdad.

Con referencia a lo anterior y siguiendo con el tema de los gigantes, también quiero referirme a un libro apócrifo del Antiguo Testamento, llamado “El libro de Enoc” sobre todo en el capítulo 8, donde se nos habla de un personaje que se llama Azazel y que yo más bien podría identificarlo con un demonio, que enseña a los hombre a hacer espadas, cuchillos, escudos, corazas, el trabajo de los metales, el trabajo de los ornamentos para las mujeres, el embellecimiento de los párpados, piedras preciosas y colorantes; les enseña vicios como la fornicación y malos caminos; les enseñó astrología y otras cosas. Es también un texto que nos habla de las habilidades y las técnicas de los gigantes.

En consecuencia, la figura de los gigantes la podemos encontrar en casi todas las culturas y leyendas, como en múltiples relatos mitológicos del mundo griego, de los nórdicos, de los germanos, de los hindúes, de los aztecas, de los incas etc., como ya lo mencionamos anteriormente.

Fuera de que todas las culturas tienen sus relatos míticos, como en la India, Tibet, China, Sudamérica, África, también se han encontrado pruebas arqueológicas que algunos se atreven a datar con una antigüedad de 45.000 años.

En lo que era la antigua Unión Soviética, en Atyueca cerca de Mangliss, se encontraron esqueletos que median entre 2,80 y 3 metros y en sus extremidades tenían seis dedos y lo mismo sucedió en hallazgos hechos en China. En 1956 en Gargayan Filipinas desenterraron un esqueleto de 5,18 metros, también se han descubierto huellas de animales gigantes; en Safita Siria los arqueólogos han encontrado hachas de mano de 3,8kg; en Ain Fritisa, Marruecos oriental han descubierto picos de 32X22 cm y 4,2 kg de peso e inclusive hachas de dos filos con 8 kg de peso, lo que implica que son instrumentos de personas gigantescas.

También se han encontrado y especialmente en la ciudad de Lixus, antigua Libia, esqueletos de niños de 10 y 12 años de edad con una edad de 20.000 años y 2,25 metros de altura.

De lo anterior, podemos ver que la información es profusa y de fuentes fidedignas, aunque algunos museos después de haber recibido los huesos se atrevan a decir, que por sus instituciones no ha pasado vestigio alguno de los gigantes.

Louis Burkhalter, doctor y ex delegado francés en la sociedad de prehistoria, llegó a afirmar categóricamente, que la existencia de los gigantes era un hecho de la historia comprobado científicamente y dice que se han reconocido esos hallazgos en África del sur, en el sur de China y en Java.

Con este misterio de los gigantes, se formulan muchas preguntas: ¿Qué raza de seres humanos son? ¿Fueron mutaciones o ingeniería genética? ¿Eran seres de inteligencia elevada y con grandes conocimientos técnicos? Algunas personas aficionadas al tema de los misterios e incluso científicos, han tratado de responder estas preguntas, pero considero yo, de manera insatisfactoria.

De lo visto anteriormente, no puede caber ninguna duda de la existencia de los gigantes, hay innumerables pruebas de todos tipos y que muchas son irrefutables, aunque también hay personas inescrupulosas que han inventado pruebas falsas y que dan pie a que organizaciones o instituciones científicas que responden a los intereses creados del poder bajo las sombras, o la ciencia oficial que se ha dogmatizado y no quiere cambiar,  lleguen a ridiculizar el tema y a presentarlo como uno más de los inventos de las teorías de la conspiración.

Retomando el Libro de John Henry Builes, afirma la existencia de estos gigantes y dice, que son seres que fueron creados por los habitantes de la Primera Tierra antes del diluvio, y lo hicieron gracias a las grandes capacidades de ingeniería genética que tenían estas personas. De acuerdo con el libro de John Henry, no se les llegó a considerar una raza de seres humanos como tal, pero toda regla puede tener su excepción.

Dice John Henry, que fueron hombres en su mayoría y, que fueron creados para la guerra y en muchos casos, fueron seres asexuados, es decir, no tenía la capacidad de reproducirse biológicamente y en otros casos eran seres torpes y violentos que podían llegar a matarse entre ellos en una batalla; las mujeres gigantes no se multiplicaron tanto como los hombres porque no era esta la intención de sus creadores.

A los habitantes de la Primera Tierra les interesaba sobre todo, tener soldados de guerra y lograron crear en sus laboratorios miles de estos seres. Hay signos que nos indican que los gigantes fueron producto de la ingeniería genética y uno de ellos es el tener seis dedos en sus extremidades, tanto inferiores, como superiores o el haber encontrado un cráneo de estos seres con cuernos bastante alargados, dando a entender, como la afirma John Henry Builes, la diversidad de creaturas que existían antes del diluvio y sus formas tan variadas.

Una idea que no desarrolla mucho John Henry Builes, pero que se encuentra implícita en sus libros y la ha dado a entender, es aquella que hace referencia en el libro apócrifo de Enoc del Antiguo Testamento, ese texto nos dice, que un ser llamado Azazel le enseña a los hombres, muchas cosas buenas y malas, y en consecuencia con esta idea, debemos pensar que los hombres de la Primera Tierra, tenían los dones naturales más desarrollados que los nuestros, conservaban parte, hasta cierto punto, de los dones preternaturales y su gran inteligencia todavía les acompañaba, capacidades que fueron perdiendo progresivamente, hasta antes del diluvio.

Con estas grades capacidades, crearon una sociedad más avanzada que la nuestra antes del diluvio, que duró muchos miles de años, hasta que llegó el diluvio universal, acabó con todo y obligó a muchos a huir a otros planetas o a instalarse en el interior del nuestro.  Cuando el libro de Enoc nos dice que Azazel, enseñó muchas cosas a los hombres, debemos identificar a este ser, con los demonios, que ponen en tentación al hombre para que se aleje de la voluntad del Padre Creador de todo, Dios bueno y misericordioso, y se adentre en el caos y el desorden de su propio ser y de todo lo que lo rodea.

Una prueba de esto, nos lo testifica la historia, con Calipso, una de las hijas de Atlas, uno de los reyes fundadores de la Atlántida, pues era bruja y le gustaban las artes ocultas y John Henry nos dice, que los atlantes se dejaron pervertir por el espíritu de la brujería y empezaron a realizar sacrificios humanos a los dioses y ellos mismos se hicieron pasar por dioses; por esto Platón, nos va a decir , que perdieron lo más bello, entre ellos, y la Sagrada Escritura, nos va a reafirmar la idea, diciéndonos que se volvieron no más que carne.

Según el libro de John Henry Builes, los habitantes de la Primera Tierra eran muy diversos y podríamos encontrar seres tan pequeños como de un metro y medio de estatura y encontrar otros seres que tenían más de siete metros de estatura; se encontraban árboles gigantes, lo mismo que animales, es decir, la fauna y las plantas de la actualidad no corresponden y son  muy diferentes, a los de la Primera Tierra; existían varias civilizaciones, unas muy adelantadas tecnológicamente y otras que vivían como vivió la humanidad en la Edad Media o en la edad antigua después del diluvio y mucho después del pueblo sumerio, que ha sido el puente para que pudiéramos recibir algo de la cultura de los habitantes de la Primera Tierra o antediluvianos.

Creo que considerando los muchos libros que he leído, de todos los temas, no he podido encontrar mejores libros que los de John Henry Builes que expliquen todos estos misterios de la humanidad con argumentos solidados y sustentables y el tema de los gigantes, lo explica muy bien.

Según lo que puedo intuir del autor, estos seres, no eran muy inteligentes y tenía un cierto grado de torpeza; aunque tenían una cierta inteligencia para hacer construcciones, para servir de esclavos y de siervos, para participar en las guerras u otra clase de oficios manuales; no es extraño que estos seres se hayan organizado y creado sus propias comunidades autónomas, donde vivían en sus poblados, después de haber logrado liberarse del yugo de su servidumbre.

Es evidente, que después del diluvio, estas razas siguen existiendo en la Tierra y la Sagrada Escritura nos habla claramente de ellos y lo hace con toda naturalidad, aunque en algunos relatos, se empiezan a dar signos de extrañeza ante estos seres, y este es un signo de que ya era una especie que venía extinguiéndose desde hacía años.

En conclusión y de acuerdo con el pensamiento de John Henry Builes, existieron gigantes en la Primera Tierra y que fueron producto de la ingeniería genética de sus habitantes, que no vinieron de otro planeta como piensan muchos y que evidentemente, pueden provenir de antiguos asentamientos humanos que existieron en la antigua Lemuria, en la Atlántida y en otras civilizaciones anteriores al diluvio, que los crearon para que fueran sus servidores, aunque esto no excluye, que hayan podido existir asentamientos de gigantes, donde estos seres, fueran verdaderos seres humanos.




En Dorset, Inglaterra, cerca de la aldea de Cerne Abbas, una milenaria figura humana de 55 metros de largo, totalmente desnuda, empuña en amenazante gesto un garrote. Simboliza a un gigante.

Cabe destacar la opinión vertida por el Dr. L. Burkhalter cuando siendo delegado de la Sociedad Prehistórica Francesa, en un ensayo publicado en 1950 en la “Revue du Museè de Beyrouth” afirmó: “Queremos dejar bien claro que la existencia de razas humanas gigantescas en la época acheuliana (fase de la Edad de Piedra que ocupaba la mayor parte de la época glaciar) debe ser admitida como un hecho científicamente probado”.
            Confrontar Pág. Web              cesarreyes@antiguosastronautas.com



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