miércoles, 13 de septiembre de 2017

El misterioso origen de la Humanidad Parte II- Sumeria el puente entre la Primera y la Segunda Tierra.

En otros artículos hemos hablado suficiente de los extraterrestres explicando su origen, y de acuerdo con las teorías de John Henry Builes, nos encontramos en el principio de la creación, nuestro planeta es el centro de todos los mundos creados y por crear, y los hombres estamos afrontando una prueba para escoger a los gobernantes de los mundos que vendrán después; es decir, todos los que por la gracia de Dios y por el trabajo de la virtud logremos entrar en el cielo recibiremos un cuerpo glorioso como el de Jesús, que nos hará parecernos a Dios, pero dependientes de Dios y luego, se nos asignara la administración de los mundos, de acuerdo haya sido el amor con el que hayamos vivido en esta tierra y entonces, tendremos la capacidad de llevar a otros seres al amor y a Dios.

Lo desconocido nos produce miedo, y al ver a nuestros semejantes intra-terrestres o extraterrestres (pero con un origen común, como ya lo habíamos analizado en otros artículos), podríamos notar que algunos de ellos, o casi todos, poseen dones preternaturales; pero no olvidemos que este ha sido un pasado común de toda la humanidad. En el principio, en la Primera Tierra, la mayoría de sus individuos, poseían dones naturales a plenitud, dones preternaturales y algunos dones sobrenaturales.
De la Primera Tierra, o antes del diluvio, heredamos los de la Segunda Tierra, la domesticación de los animales y plantas, inventos como las construcciones y las herramientas y bebidas como el vino, conocimientos que se nos trasmitieron a nosotros a través de la antigua Sumeria, pueblo que fue un puente entre la Primera y la Segunda Tierra en la trasmisión de conocimientos, que son la base para el desarrollo de las civilizaciones de la Segunda Tierra, según John Henry Builes.
El hombre occidental siempre ha creído que el legado de su civilización lo debe a la antigua Roma y a la Grecia antigua; pero aun los filósofos griegos muchas veces afirmaron que habían obtenido sus conocimientos de fuentes mucho más antiguas; muchos mitos griegos, no son más que el reflejo del contacto con las civilizaciones de la Primera Tierra. El dios Dionisio, inventor del vino, el dios del pan, Zeus, Olimpo, Júpiter, Poseidón, Marte… no eran más que antiguos reyes o personajes de la Primera Tierra; eran personas de elevada estatura, con avanzada tecnología y algunos con dones preternaturales, que fácilmente podían pasar por dioses en sociedades menos avanzadas. Es solo recordar, cómo en los mitos griegos, los cíclopes construyen el rayo de Zeus, el tridente de Poseidón y las armas de hades, que son armas tecnológicas y de ingeniería.
Muchos historiadores modernos, han puesto al antiguo Egipto, como la cuna de la civilización, pero el desciframiento de las escrituras y jeroglíficos antiguos, nos han remontado hasta antiguas civilizaciones egipcias que vivieron alrededor del año 3100 a.C. y si seguimos indagando, encontraremos la cuna de la civilización en pueblos mucho más antiguos.
Hoy no existen dudas que las culturas pre-helénicas del mar Egeo, la cultura minoica de la isla de Creta y la micénica de la Grecia continental, tienen sus raíces en el Oriente Próximo; es decir, en los territorios, donde la Biblia Cristiana señala el origen de la humanidad. Los estudiosos han descubierto una gran similitud, entre las civilizaciones semitas y las de los griegos; uno de los hombres importantes que dio este paso fue el profesor Cyrus H. Gordon, quien escribió un libro en inglés titulado “Las escrituras olvidadas, evidencias de las minucias en el lenguaje”. En su libro abrió nuevos horizontes a la investigación, al demostrar que la primitiva escritura minoica, llamada lineal, pertenece a la lengua semita. Cyrus Gordon, llegó a la conclusión, que las civilizaciones hebreas y minoicas, son básicamente lo mismo, y que las diferencias se han producido debido al trascurrir de los años y al área geográfica, y señaló que la isla de Creta deletreada en minoico, es como decir: Ke-re-ta, que es similar a la palabra hebrea Ke-re-et, que significa “ciudad amurallada”, y la palabra se encontraba relacionada con un rey semita de la ciudad de Keret.
Cyrus Gordon también afirmó que el alfabeto griego, del cual deriva el latino y el español, también viene del oriente próximo. Los mismos historiadores griegos de la antigüedad describieron, que el alfabeto fenicio, llamado “cadmo antiguo”, fue el fundamento del alfabeto griego, teniendo al principio el mismo número de letras y el mismo orden que el alfabeto hebreo. Se puede demostrar fácilmente que la cultura griega, la latina y toda la cultura occidental, provienen del Oriente Próximo, de los lugares donde la Biblia cristiana pone los orígenes de la humanidad.
En algún momento los historiadores llegaron a pensar, que la cuna de la humanidad se desprendía de Asiria y Babilonia, pero hoy nos hemos dado cuenta de que debemos remontarnos más atrás. A este respecto debemos mencionar a un rey persa llamado Ciro, quien fue parte fundamental en la reconstrucción del templo de Jerusalén y que llamaba a Yahvé “Dios del cielo”. Ciro pertenecía a una dinastía de reyes que se denominaban los Aquemenes (Hakham-Anish), y entre estos reyes se denominaba a Yahvé como “el Señor sabio”. Se ve pues entonces una gran relación entre el Dios de los persas y el Dios Yahvé de la de la Biblia cristiana. Es indudable que los persas se encontraban profundamente relacionados con Babilonia y Asiria.
En la antigua capital persa, llamada Persépolis, se ha encontrado escritura cuneiforme, que hace referencia a lenguas mucho más antiguas. Paul Emile Botta, en al año de 1843, seleccionó un lugar al norte de Mesopotamia, para realizar excavaciones cerca de la actual Mosul; este investigador no tardó en establecer que las escrituras cuneiformes nombraban a aquella ciudad: “ciudad amurallada del rey justo” y su nombre era “Dur Sharru Kin”, que eran inscripciones que tenían relaciones con la lengua semita y que los historiadores han llamado a este rey Sargón II. En estas excavaciones de una de las capitales de los asirios, se encontraron restos de los Zigu-rat, o escaleras de los cielos, palacios, templos, casas, establos, almacenes, murallas, columnas, pórticos, estatuas, torres, rampas, adornos, terrazas, jardines, etcétera. Se supone que esta ciudad existió hace unos 3.000 años. Esta no era sino la capital de Asiria, que se llamaba Nínive, y sus últimos tres reyes fueron: Senaquerib, Asaradon y Assubanipal. “El año catorce del rey Ezequías subió Senaquerib, rey de Asiria, contra las ciudades fortificadas de Judá” (2Re 18,13).
En tiempos de Alejandro Magno, ya se encontraba enterrada una ciudad, que recibía el nombre de Nimrud, y era el centro militar de Asiria y en este lugar Salamanasar II levantó un obelisco, en memoria de sus expediciones y conquistas militares. Este obelisco se encuentra actualmente exhibido en el museo británico, donde aparecen una serie de reyes que debían pagarle tributo, como: “Jehú, hijo de Omrí, rey de Israel”.
En el libro santo del Génesis se nos menciona a Nemrod, quien era un bravo cazador delante de Yahveh y que es descrito como el fundador de varios reinos de Mesopotamia. “Los comienzos de su reino fueron: Babel, Erek y Acad, ciudades, todas ellas, en la tierra de Senaar, de donde procedía Assur, que edificó Nínive, una ciudad de amplias calles; kajaj y Resen, la gran ciudad que está entre Nínive y Kálaj. De todas estas ciudades mencionadas en la Biblia, solo falta por ser desenterrada, la ciudad de Resen, que significa: “brida de caballo” y es posible que fuera un lugar donde se encontraban los establos de Asiria. De lo anterior, podemos ver que la Biblia es un libro de cronologías precisas, que nos demuestra que los pueblos babilónicos y asirios se encontraban profundamente relacionados con los pueblos semitas y que al final, todos tienen una cuna en común, para toda la humanidad y todos los pueblos.
Koldewey, hace excavaciones de Babilonia y descubre vastas extensiones de palacios, templos, jardines colgantes, zigurats, etcétera; que develan la historia del control por Mesopotamia, en una rivalidad que mantuvieron por muchos años Babilonia y Asiria, una del Sur y la otra del Norte. El imperio asirio finalmente cayó en manos de los babilonios en el año 614 a.C., cuando definitivamente cayeron Assur y Nínive en sus manos y la misma Babilonia cayó cuando la conquistó el rey Ciro Aqueménida en el año 539 a.C.
Aunque Babilonia y Asiria fueron imperios rivales, no existían diferencias culturales significativas entre ellos. Los panteones de los dioses asirios y babilonios eran casi iguales, y podían darse diferencias, pues al dios que llamaban en Asiria Assur, en Babilonia lo llamaban Marduk.
En muchos museos del mundo hay piezas que pertenecieron a los dos imperios, como: toros alados, herramientas, utensilios, joyas, etcétera; pero los verdaderos tesoros encontrados en estas regiones corresponden a textos de escritura cuneiforme que relatan cuentos cosmológicos, poemas épicos, historias de reyes, anotaciones de templos, contratos comerciales, registros de matrimonios, tablas astronómicas, fórmulas matemáticas, gramática y vocabulario escolar, nombres, genealogías, epítetos, poderes y deberes de los dioses.
En todo esto se puede descubrir un lenguaje común entre Asiria y Babilonia, que se denomina “acadio”, que es la primera lengua semita conocida, anterior al hebreo, al arameo, al fenicio y al cananeo. Los asirios y los babilonios, afirmaron que nunca habían inventado su propia lengua o escritura y que hicieron copias de un original más antiguo.
En el libro del Génesis nos dice, cuando se refiere a Babilonia, que “los comienzos de su reino fueron: Babel, Erec, Acad y Calne” (Gn 10,10), con esto entendemos que Acadia, era un reino anterior a los asirios y babilonios y donde ambos reinos tomaron sus raíces culturales, empezando por su propia lengua y escritura.
Parece que el soberano de este rey acadio se llamaba a sí mismo Sharrukin “soberano justo” y en las inscripciones en piedra se dice que su reino se extendía, por la gracia de su dios Enlil, desde el mar inferior (el Golfo Pérsico) hasta el mar superior (el Mediterráneo) y se decía que en los muelles del rey Acad se amarraban naves de distantes tierras.
Con estas afirmaciones según los estudiosos, se debía dar un salto de 2.000 años en el pasado, yendo desde el Sargón Asirio de Dur Sharrukin, al Sargón que reinaba en Acadia; luego las excavaciones corroboraron las escrituras y se encontraron artículos de arte, literatura, política, comercio, comunicaciones y de una gran civilización que fue muy anterior a los imperios Asirio y Babilonio y donde estas dos últimas civilizaciones se encontraban entroncadas.
Pero todavía los estudiosos tuvieron que remontarse a una civilización mucho más antigua, pues se encontraron unas inscripciones que hablaban de los logros de la genealogía del rey Acad. En ellas se decía que el título completo de este rey era “Rey Acad, rey de Kis”, y decían estas escrituras, que antes de ascender al trono había sido consejero de los soberanos de Kis; por lo que surgió una nueva pregunta entre los estudiosos: ¿existió un reino más antiguo, que el reino de los acadios?
Otra vez la Biblia Cristiana nos da la respuesta: “Kus engendró a Nemrod, que fue el primero que se hizo prepotente en la Tierra y los comienzos de su reino fueron Babel, Erek y Acad” (Gn 10,8). Muchos investigadores han contemplado la posibilidad de que Sargón de Acad, fuera el rey bíblico llamado Nimrod y en el versículo que acabamos de mencionar leemos Kus, en vez de Kis; por lo que podríamos deducir, que existió un rey anterior a Nemrod, que se llamó Sargón, como nos lo afirma el Texto Sagrado Cristiano. Respecto a este rey: “Él derrotó a Uruk y echó abajo las murallas… venció en la batalla con los habitantes de Ur…  conquistó todo el territorio, desde Lagash hasta el mar”.
Hay que afirmar, que la ciudad bíblica Erek, es lo mismo que Uruk, en las inscripciones de Sargón y la ciudad mesopotámica de Ur era la misma ciudad de Abraham. Los descubrimientos arqueológicos han corroborado, que existían civilizaciones y ciudades mesopotámicas antes del año 3.000 a.C. y de aquí surge una pregunta: ¿cuál es el primer reino civilizado del que podamos hacer memoria?
Para responder esta cuestión, los estudiosos, estudiaron las escrituras acadias y se encontraron con que las escrituras cuneiformes acadias, eran silábicas, es decir: ab, ba, bat… y trasmitían significados de palabras completas, como en los jeroglíficos egipcios: “dios”, “ciudad”, “vida”, etcétera. Es decir, era una escritura basada en ideogramas, por lo que llegaron a intuir que el acadio se fundamentaba en otra lengua que utilizaba un sistema parecido a los jeroglíficos egipcios. Los estudiosos rápidamente descubrieron que el acadio, estaba conformado por palabras prestadas de otra lengua, lo que hacía suponer una cultura más antigua que el acadio.
En los últimos tiempos se hizo uno de los mayores descubrimientos de los textos acadios, en una biblioteca que había reunido el rey Asurbanipal de Nínive, donde descubrieron más de 25.000 tablillas y donde algunas de ellas decían que eran copias de un texto más antiguo y en alguna de ellas podemos leer una leyenda que hace referencia al mismo Asurbanipal: “El Dios de los escribas me ha concedido el don de conocer su arte. He sido iniciado en los secretos de la escritura. Puedo incluso leer intrincadas tablillas en sumerio; comprendo las enigmáticas palabras talladas en la piedra de los días anteriores al diluvio”.
Necesariamente nos encontramos con un rey asirio que había sido enseñado a leer y escribir por algún personaje de la Primera Tierra, es decir, antes del diluvio. Es evidente que este rey asirio se ubica después del diluvio, porque él mismo así lo afirma. Es de notar que antes del diluvio se conocía perfectamente la escritura y era muy común que muchos pueblos supieran leer y escribir. Después del diluvio solo unos pocos sobreviven y es de suponer que muchos de ellos sabían leer y escribir. Es bien conocido que antes del diluvio algunos pueblos poderosos mantenían subyugados a los otros y este es el caso de la Atlántida, pues en los diálogos de Platón se nos dice, que los griegos debieron contener una avanzada de los atlantes.
Muchas personas que lograron escapar de la conflagración de la Primera Tierra, se hicieron pasar por dioses, delante de personas más débiles. Es de apreciar que muchas personas de la Primera Tierra eran muy longevas y que el rey asirio pudo haber conocido una de estas personas que se hizo pasar por el dios de los escribas y él le enseñó a este rey asirio el arte de escribir y leer, como él mismo lo menciona en las tablillas grabadas con letras cuneiformes.
Asurbanipal, también nos hace referencia a otro pueblo más antiguo que los acadios: los sumerios. Es decir, que existía un pueblo pre-acadio, que fueron los primeros soberanos de Mesopotamia y ellos mismos se proclamaban con el título de “Rey de Sumer y Acad”, por lo que los investigadores dedujeron que existía un reino que se llamaba Sumeria.

Se llegó a la conclusión que Sumeria, era el nombre primitivo que se daba a las tierras del sur de Mesopotamia, tal como lo ha establecido el libro del Génesis: “Acad y Erek, estaban en la tierra de Senaar” (Gn 10,10), y Senaar o Shin’ar es el nombre bíblico para referirse a Shumer o Sumeria.

Lo que los estudiosos concluyeron de todo esto, es que la referencia que hacían los textos acadios, a los textos de antaño, eran tablillas largas, con palabras y vocabulario acadio-sumerio, que fueron preparados en Asiria y Babilonia, para estudiar la primera lengua escrita: el sumerio. Se descubrió también que la escritura sumeria era originalmente pictográfica y tallada en columnas verticales, pero que luego pasó a ser un escritura horizontal, que fue hecha en forma de cuñas en tablillas de arcilla, hasta convertirse en la famosa escritura cuneiforme, que adoptaron, los acadios, los asirios, los babilonios y que llegaría a confluir tanto en las naciones del oriente próximo y en el mismo pueblo griego, donde se consideró, que se encontraban los orígenes de la cultura occidental. Al final las investigaciones lo corroboran y la misma Biblia Cristiana también, todos los pueblos de la Tierra tienen su principio en Sumeria. Especialmente hablando de los pueblos de la Segunda Tierra y sumeria es la heredera de los pueblos de la Primera Tierra.
Escritura cuneiforme
Con lo anterior hemos querido demostrar que Sumeria es el puente entre los habitantes de la Trimera Tierra y los de la Segunda Tierra. Las bases y fundamentos de nuestra actual cultura y civilización se encuentran en Sumeria, y es el pueblo heredo de los habitantes anteriores del diluvio, es decir, ha sido el puente entre dos humanidades, de modo, que hay que descartar la idea que venimos de hombres de las cavernas que solo manipulaban instrumentos rudimentarios para sobrevivir y en consecuencia la teoría de Darwin carece de todo fundamento.


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