miércoles, 20 de junio de 2018

Resumen del libro de John Henry Builes. Gn 2,10-16.



El libro nos dice que Adán fue creado en la justicia original por lo que tenía a plenitud los dones naturales, preternaturales y sobrenaturales, que hacían que el hombre se encontrara en un estado de alegría natural y fuera del sufrimiento.
Con el pecado de hibridación de Adán su capacidad de ser cocreador con Dios se desfiguró y pierde sustancialmente su ingenio para el engrandecimiento de la obra de Dios y fuera de todo esto, el germen de la corrupción entró en el mundo espiritual con la rebeldía de los seres espirituales y éstos a su vez tentaron al hombre y lo llevaron a la rebeldía y con el hombre entró el germen de la corrupción en el mundo material; de modo que si esto no hubiera sucedido, el hombre hubiera tenido la posibilidad de construir un mundo más hermoso, más armónico y con mayor equilibrio.

El hombre y la mujer se encontrarían en un estado de inocencia original y el mal no existiría en el mundo; el demonio se encontraría encerrado en sus propias cárceles, pues al no haber pecado en el hombre, no tendría ninguna posibilidad de hacer mal ni en el hombre ni en la creación material.
Se hubiera creado una sociedad tan numerosa que ya se hubiera producido el poblamiento de otros planetas, por los adelantos tecnológicos, viviríamos en una sociedad del amor donde la ciencia y la humanidad irían de la mano.
Dios ha permitido el pecado y nos lleva a un mundo mejor y posible del que existe; la población de otros mundos se dará en un futuro lejano, cuando el hombre recupere su estado de inocencia original y de pureza espiritual; podremos ver mundos hermosos y maravillosos, que todavía no nos alcanzamos a imaginar.

Si el hombre quiere llegar a este punto de plenitud siempre debe ser obediente a Dios, manteniéndose y buscando el nivel de armonía  para el que fue creado.

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