lunes, 12 de marzo de 2018

Resumen del Libro de John Henry Builes “Historia primitiva de la humanidad”. Gen 1,26-31


En el sexto día de la creación, Dios crea al hombre con la sabiduría divina y  lo hace a su imagen y semejanza y crea al hombre a imagen de Jesucristo, que ya existía en la mente de Dios, que es la segunda persona de la Trinidad, sin tomar forma humana y a la mujer a imagen de la Virgen María, que también existía en la mente de Dios y les da tres facultades que los diferencia de los restantes seres biológicos: memoria, inteligencia y voluntad y dice que han sido creados para que sean “como Dios” para que sean dioses dependientes de Dios.
En virtud de esta vocación tan alta, Dios bendice al hombre y a la mujer, para que se multipliquen en la Tierra y por lo tanto, nuestro planeta es el único en todos los universos, que tiene vida material y espiritual unida perfectamente, como se encuentra en el hombre y la mujer y esto nos hace diferentes a los ángeles y los demonios, que solo son seres espirituales; de modo, que los ángeles solo son espíritus puros que no se encuentran unidos a la materia, ni necesitan de ninguna dimensión para existir.
Dios es un padre providente, que todo lo ha hecho con bondad, hermosura y equilibrio y todo lo creado, y lo que se está haciendo en la creación, es para beneficiar al hombre, que debe convertirse en administrador de todo lo que Dios ha puesto en sus manos.
El autor de Historia Primitiva de la Humanidad, dice que es contrario al pensamiento de Dios y al de la Sagrada Escritura, pensar que Dios no hizo las cosas perfectas y buenas desde el principio y que tanto los hombres como los animales y plantas y todo lo que existe, fue creado en un grado de perfección y no de evolución, pues la teoría de la evolución, es contraria al pensamiento de Dios y su creación.

Dice que la creación entera no se encuentra en un proceso de evolución, sino en un proceso de creación y recreación, que ha partido de un punto alfa, hasta llegar a un punto omega; por lo tanto, se siguen creando otros mundos y universos en el mundo físico, hasta que toda la creación material sea abrazada completamente por el mundo espiritual y todo llegue a la plenitud y al punto máximo.
Dios, se encuentra creando la casa, para que habiten millones de seres espirituales y materiales y debe esperar el tiempo oportuno, cuando los seres humanos estemos listos y los que pasemos la prueba, nos convirtamos en los gobernadores de los mundos creados y por crear, en el multiuniverso.

Civilizaciones Perdidas y John Henry Builes.


Las personas siempre han amado el misterio y estamos entrando en una época donde la fascinación por lo desconocido crece a pasos agigantados. Uno de los temas que inquietan mucho a los teóricos de la conspiración, a científicos serios, a sacerdotes y toda clase de gentes, es el tema de las civilizaciones perdidas.
En el año de 1973, en los principales periódicos del mundo y en los de Estados Unidos salió a la luz pública: “Se ha hecho probablemente uno de los descubrimientos más grandes de la historia”. Maxine Asher, el Codirector de una expedición científica afirmaba que había encontrado la Atlántida en el fondo del océano. Este hombre afirmaba que buzos habían encontrado evidencias de una súper-civilización, que se había hundido en el mar hace miles de años: “Los buzos encontraron evidencia de carreteras y grandes columnas, algunas con motivos concéntricos espirales, en el lugar preciso descrito por el filósofo griego Platón (Mas allá de los pilares de Hércules en España)”. En el grupo se encontraban algunos científicos, aventureros y maestros avalados por la universidad de Pepperdine en los Ángeles California.
Estos personajes afirmaban que habían encontrado más de 30 ruinas, incluyendo pirámides, domos, caminos, carreteras pavimentadas, columnas rectangulares y muchas clases de artefactos encontrados en el fondo del océano desde las Bahamas hasta las costas cercanas de Europa y de África.
Muchos historiadores y respetados escritores han creído en la existencia del continente perdido de la Atlántida y existen testimonios de historiadores que afirman que los mayas y los aztecas dijeron a los conquistadores que provenían de lugares llamados Atlántida y Mu.
La Atlántida es el continente perdido del océano Atlántico y Mu es el continente perdido del océano Pacífico y los testimonios indican que eran civilizaciones muy avanzadas, con sistemas educativos, gobiernos y tecnología que superan las de la actualidad con creces.
En el océano Pacífico se han encontrado ruinas en el fondo del mar que dan sustento a esta teoría en las islas de Ponape, de Pascua y en la de Karotonga. El profesor Menzies, de la Universidad de Duke, fotografió las ruinas de una civilización perdida en el mar entre Perú y Tahití, encontrando una columna con jeroglíficos desconocidos.
Las evidencias de la existencia de estas civilizaciones perdidas también las podemos hallar en mapas antiguos, como el famoso mapa de Piri Reis y del que se ha hecho referencia en televisión y en cantidad de libros, al cual hace referencia el profesor Charles Hapgood, profesor de Geología de la Universidad de New Hampshire, donde reporta que en él aparece una gran isla desconocida en el océano Atlántico; también existe un mapa del Rey Enrique hacia el 1500 después de Cristo que demuestra la existencia de la Atlántida y también aparece en documentos griegos.
Son muchos los documentos antiguos de diferentes culturas que nos hablan de la existencia y destrucción tanto de la Atlántida como de Lemuria, tales como: Chilam Balam, el Código de Dresden, el Popol Vuh, el Código Cortesianus, el Manuscrito Troano, el libro Oera Linda de Holanda, entre otros.
El historiador Diodorus escribió que hace miles de años antes de la existencia de los fenicios había existido una inmensa isla atlántica, que tenía guerras contra el pueblo de los amazonenses y lo mismo afirmó el historiador griego Ammianus Marcelinus que habló de la destrucción de la Atlántida. Otros escritores griegos como Proclo, Plutarco y Herodoto afirman haber tenido indicios de su existencia.
El historiador griego Timageno describió una guerra entre Atlántida y Europa y Theopompos, historiador griego, describió a la Atlántida con enorme tamaño y con ciudades como Machimun y Eusebius y una edad dorada libre de enfermedades y labores manuales.
El escritor James Churchward esciribió varios volúmenes de libros, documentado en escrituras antiguas, y afirma haber traducido escrituras en el sureste de Asia referente a la existencia de la Atlántida y Mu; mientras el geólogo William Nivean afirmaba haber encontrado tablillas similares en México.
El Dr. George Hunt Williamson, escribió que los descendientes de los incas lo guiaron hasta un antiguo manuscrito en un templo en las montañas de los Andes que narraba la destrucción de la Atlántida y de Mu y los cuales tenían una tecnología muy avanzada.
De lo anterior podemos decir, que es claro para los escritores antiguos, la existencia de la Atlántida y de Lemuria, lo mismo que en casi todas las civilizaciones antiguas se creía en la existencia de Titanes, que era una raza de gigantes que existía en la Tierra hace mucho tiempo y actualmente se han encontrado pruebas de la existencia de este tipo de personas de 5 a 7 metros de altura encontrando sus huesos, que han sido analizados positivamente como de humanos.
Los conquistadores españoles dejaron registros que existían hombres salvajes de gran tamaño con cabellos rubios y ojos azules y dos de ellos fueron capturados, pero murieron en el viaje hacia Europa; los alemanes, nórdicos y escandinavos hablan de un continente desaparecido en el océano Atlántico Norte que denominan con el nombre de Thule, donde ubican la civilización llamada Hiperbórea, que se encuentra bajo una gruesa capa de hielo nórdica.
Muchos escritores famosos, como Diodurus, Plinio y Virgilio escribieron sobre Thule, una tierra que
los griegos sabían que existía desde hace mucho tiempo. Describieron a Thule en el Atlántico Norte como cálida y verde, rodeada de montañas, mujeres impresionantemente bellas, personas rubias con ojos azules; los antiguos concluían que la raza hiperbórea era alta y de excelente condición física y que algunos se veían jóvenes en la vejez; eran vegetarianos, frugíferos y vivían en armonía con la naturaleza.
En otro artículo ya hemos comentado que tanto el polo Sur como el Norte, eran zonas tropicales y lo que se observa en el mapa de Piri Reis, es que fue hecho antes de que la capa de hielo existiera y se mostrara estas zonas como lugares tropicales.
Jurgen Spanuth, escribió que en Egipto descifró algunos jeroglíficos, que hablaban de un imperio perdido en el norte, lo mismo que muchos otros investigadores alemanes que hablaban del continente perdido de Thule y de una raza de superhombres, que existieron en una famosa edad dorada de la humanidad y que convencieron a Hitler y a su círculo interno, que la raza Aria Nazi era descendiente de los hiperbóreos y que tenían poderes telepáticos y que habían sido destruidos por el hielo, coincidiendo con antiguas tradiciones que afirmaban que la humanidad se había degenerado.
De acuerdo con nuestros artículos anteriores hemos visto que posiblemente no solo existieron estas tres civilizaciones, sino que existieron muchas otras y que es posible que todavía sigan existiendo al margen de nuestra civilización.
Retomando al pueblo Lemuriano (Mu), estas personas creían que el Sol estaba ubicada en el “tercer ojo”, es decir un ojo invisible que existe dentro de los seres humanos y que les permitía tener un profundo conocimiento de sí mismos y según Churchward, esta civilización, tenían casas de tejados trasparentes, estaban libres de enfermedades, tenían capacidades extrasensoriales y eran capaces de tele trasportarse, lo que hacía innecesario los vehículos terrestres. Los que han escrito de esta sociedad, afirman que eran vegetarianos, agrícolas, que trabajaban al aire libre y en armonía con la naturaleza y tenían un poco uso de la tecnología, pues se habían centrado más en el desarrollo de la meditación y poderes extra-sensoriales y aunque  vivían a la par de la sociedad atlante, que tecnológicamente era muy desarrollada, los Lemurianos preferían experimentar con energías físicas para mover objetos, sin uso de la tecnología como lo hacían los Atlantes.
En un escrito de un rosacruz llamado Cerve, describe como un hombre y una mujer que querían casarse, debían entregar sus posesiones a un sacerdote y sin ninguna ropa, comida o cobijo u herramienta eran enviados al bosque durante 28 días desnudos y durante este tiempo debían hacer sus propias ropas, construir abrigo, recolectar comida y construir sus herramientas y ayudarse el uno al otro sin ninguna negatividad y si pasaban la prueba, podían casarse y sus posesiones eran devueltas.
Robert Charroux en su libro, nos habla que los españoles encontraron unas luces que denominaron “Luces máximas” que todavía brillaban en lo profundo de la selva amazónica después de 10.000 años de haber desaparecido estos continentes; en las escrituras antiguas de la India llamadas Vaimanika
Sastra, descubiertas en 1875, y nos refieren máquinas voladoras que cambiaban su impulsión a la energía solar cuando la fuente de combustible era baja; nos habla de las vimanas que eran barcos voladores de la edad dorada de la humanidad y se nos habla de las naves cónicas de oro, los cohetes de plata, las naves aéreas de tres pisos y los barcos llamados Sakuna que eran construidos en forma de pájaros y existían más de 113 modelos diferentes de este tipo de cuatro clases de naves diferentes.
En el texto antiguo Vymanika Shaastra, se describen pilotos siendo entrenados, partes de las maquinas voladoras, ropas de vuelo y alimento recomendado para un largo vuelo; instrucciones que incluían maniobras de batallas, como ver y escuchar a grandes distancias y son mencionados 16 tipos de metales resistentes al calor entre otras cosas.
Es claro que algunos escritos de la literatura de Egipto, de América central, de Asia, Fenicia y Babilonia nos hacen referencia a naves espaciales y viajes a los planetas, como se puede ver hoy en la película “La guerra de las galaxias”.
Son muchos los escritos que se han encontrado sobre Lemuria, Atlántida, Thule y otras civilizaciones que nos refieren la capacidad que tenían estas civilizaciones para curar enfermedades, retardar el proceso de envejecimiento, controlar el clima, controlar las energías con los cristales, conocían la ingeniería genética, las computadoras, los androides, los robots, máquinas que reparaban a otras máquinas, entre otras cosas.
Esto les permitía tener una vida de confort y de holgazanería y la Sagrada Escritura tácita y expresamente es contundente en afirmar, que el avance tecnológico y las riquezas terminan en un relajamiento moral de las sociedades.
Se dice que los atlantes usaban ropas tremendamente enjoyadas y vivían una vida de ocio y diversión, en fiestas, banquetes, bailes, uso de drogas exóticas y creían ellos que ya lo habían hecho todo en la Tierra, y es posible que usaran más del 90% del cerebro, pues muchos cráneos encontrados son más grandes que los nuestros, por lo que podían ver y oír más allá del limitado rango de nuestros sentidos y percibir colores y frecuencias mejor que los animales.
Los atalantes no tenían que trabajar o ir a la escuela y un joven de su época sabía mucho más que un científico de nuestra época; pero se convirtió en una sociedad que no supo qué hacer con su conocimiento, cayeron en la tentación de ser “dioses” y con la manipulación genética, crearon especies que son mencionadas en las mitologías antiguas, como: las sirenas, cíclopes, unicornios, minotauros y otras creaturas que los escritores antiguos describían como reales luego de verlas.
Los gobernantes atlantes aprendieron a manipular a su pueblo, controlando sus mentes y los líderes comenzaron a cultivar ciencias secretas y a tener pacto con los demonios para poder controlar las masas de población, de modo que la población dependía del gobierno para el alimento, vestidos y casa y sus líderes eran sacerdotes científicos que tenían una súper-ciencia que a algunos les parecería magia.
Los líderes atlantes ya no tenían nada que alcanzar y querían convertir el planeta entero con todas sus civilizaciones en un gobierno mundial, donde ellos fueran los gobernantes de todas las otras civilizaciones; ya no les quedaba nada material que lograr y la hedonística población atlante se convirtió en una sociedad egoísta, que se causaba placer con drogas exóticas y con el ocio y el sexo y se les rendía culto público a los sacerdotes científicos, que perdieron la conciencia de sí mismos y con guerras telepáticas, crearon guerras de mentes y empezaron a exigir sacrificios humanos, llevándolos a un imperio que se derrumbó.
Los líderes atlantes en su afán de dominar a otros pueblos, les ofrecieron tecnología y lujos a otros
continentes a cambio de mantener el control de esas sociedades y crear el imperio de la Atlántida Unida; pero el imperio de Rama, en Asia y el imperio de Atenas en Europa se negaron a convertirse en Atlantes y estos últimos iniciaron guerras con el fin de dominar. Los líderes mundiales de otras civilizaciones les advirtieron a los atlantes y a sus líderes, que se destruirían a sí mismos y destruirían toda la vida en el planeta si no dejaban de dar mal uso a las energías cósmicas nucleares y psíquicas que podrían producir terribles terremotos, maremotos y erupciones volcánicas incontrolables, aún para los habitantes de esa época mucho más adelantados tecnológicamente que nuestras sociedades.
La historia demostró que los atlantes no hicieron caso y millones murieron desapareciendo las civilizaciones anteriores al diluvio y algunos creyeron que sus grandes científicos podrían salvarlos y que muchos simplemente reencarnarían y por esta razón muchos no temieron la muerte.
Los científicos atlantes se confiaron, aunque sabían que la mayor parte de Lemuria había sido destruida 12.000 años antes que ellos; pero confiados en su ciencia construyeron ciudades subterráneas en América del Sur, debajo del océano atlántico, bajo el polo sur, en la Luna y tenían enormes fuerzas aéreas para escapar de la calamidad mundial y todas estas cosas han sido referidas por Michael Barton.
No es extraño que las dos razas más fuertes y rivales de las sociedades antediluvianas protagonizaran una guerra terrible, con poderosas naves y armas atómicas, que trajo como consecuencia el hundimiento de continentes y el emergimiento de otras tierras, provocando la modificación de costas y continentes y un cambio climático global y la alteración del eje de la Tierra que no pudieron resistir las sociedades antediluvianas, esta catástrofe ha sido descrita en el libro “Crónica de Akakor” del autor Karl Brugger.
El autor relata un antiguo escrito que describe las vísperas de la tragedia: “El crepúsculo cubría la superficie de la tierra. El sol brillaba todavía, mas una bruma grisácea, grave y poderosa, comenzaba a oscurecer la luz del día. Signos extraños se mostraban en el cielo”.
La teoría de la deriva continental es una teoría que puede apoyar los hechos anteriormente mencionados y fue propuesta originalmente por Alfred Wegener en su libro publicado en el año de 1912: “El origen de los continentes y océanos”; este hombre formuló su teoría basándose en el hecho de que las siluetas de África y América del Sur pueden encajar, lo mismo que comparó el parecido de la fauna fósil de los continentes septentrionales y las formaciones geológicas, y con los datos recopilados conjeturó que los continentes actuales estuvieron unidos en un pasado remoto en un súper continente que fue denominado Pangea; pero a esta teoría le faltan los continentes perdidos de Atlántida y Lemuria.
Según el geólogo francés Jacques Collina-Gillard, perteneciente al centro Nacional de Investigación Científica, dice que un archipiélago emergió en las aguas del estrecho de Gibraltar hace 26.000 años en la era glaciar y quedó sumergido 9.000 años antes de Cristo. En un estudio reciente de los corales, la zona indica que las aguas empezaron a subir hace 12.000 años antes de Cristo debido al deshielo y las variaciones de las temperaturas.
El coronel inglés James Churchward, en el año de 1868, descubrió en un templo colegio en la India, unas tablillas con inscripciones antiguas en bajo relieve y con la ayuda del sumo sacerdote del templo pudo revisar los archivos secretos en las que se ocultaban unas tablillas de arcilla, redactadas por los naacales en la tierra madre desaparecida de Mu.
Las tablillas contaban el “génesis” del mundo y la historia de la sumersión del continente 12 mil años atrás. El pueblo de Mu según ellos, se llamaba Uighur, su capital se encontraba situada en Asia y su apogeo habría sido 75 mil años atrás y su origen se remontaría 150 mil años más atrás; el coronel jamás brindó pruebas que corroboraran esta información.
Según los escritores antiguos y en artículos anteriores, vemos, como han existido civilizaciones antediluvianas más avanzadas tecnológicamente que nuestras actuales sociedades y cómo el decaimiento moral las llevó a su autodestrucción.
Todas las teorías mencionadas anteriormente y la evidencia de los escritores antiguos, corroboran las ideas expresadas por John Henry Builes en su Libro “Historia Primitiva de la humanidad”, de que van a existir tres humanidades. La primera es la humanidad antes del diluvio, conocida como la Primera Tierra, la segunda, somos la humanidad después del diluvio o Segunda Tierra y la última humanidad, será la humanidad que vendrá después de nosotros y conocida como la Tercera Tierra.
Jesús en el Evangelio, hace una comparación entre nuestra generación y las gentes anteriores al diluvio universal y dice que, así como las gentes anteriores al diluvio comían y se casaban y tenían hijos y los encontró desprevenidos el diluvio, así será con esta generación. El actual decaimiento moral se puede equiparar con la generación de antes del diluvio y la historia ya nos ha demostrado que ese camino lleva a la autodestrucción.
John Henry Builes dice en su libro, que ya han existido otras humanidades antediluvianas tecnológicamente avanzadas que se apartaron de Dios y llegaron a su ruina y auto destrucción. Es curioso que este autor, que escribió sus libros en una cueva y sin acceso a internet, luz eléctrica y los medios de comunicación moderna, llegue a un grado de coincidencia tan sorprendente con otros relatos que avalan sus teorías.
El famoso escritor de caballo de Troya J.J. Benitez que en la actualidad se ha dedicado a investigar el fenómeno OVNI en su libro “Los visitantes” nos relata la historia de un científico llamado Daniel W. Fry, quien fue abducido en una nave de los humanos de la Primera Tierra que viven al margen de nuestra sociedad el 4 de julio de 1959. El científico se puso a memorizar todos los detalles que se encontraban en el interior de la nave y le llamó la atención un emblema grabado en el respaldo de un asiento con una representación de un árbol y una serpiente y los seres que se comunicaban de forma telepática con él le dijeron lo siguiente: “Nuestros ancestros vivían en la Tierra, como se lo habrá imaginado al ver el emblema; estaban muy avanzados y vivían en el sitio que las leyendas terrestres llaman Lemuria o Mu. Por otra parte, el desarrollo científico del continente de la Atlántida también era muy avanzado, al extremo que sus científicos aprendieron a manejar la energía atómica con más habilidad de lo que lo hacen ustedes actualmente. Había cierta rivalidad entre ambas naciones y el desastre fue inevitable”.
La referencia de este científico da sustento al libro de John Henry Builes de “Historia primitiva de la humanidad”; este autor nos dice que existieron muchas civilizaciones avanzadas tecnológicamente antes del diluvio y que habían alcanzado su gran desarrollo debido a que habían sido herederos de los dones naturales, preternaturales y sobrenaturales con los que Dios había creado al hombre originalmente, pero estas civilizaciones llegaron a su propia autodestrucción por su decaimiento moral y esa autodestrucción se ve reflejada en la Biblia cristiana con el diluvio universal; algunas personas lograron escapar la conflagración mundial y algunos huyeron a las estrellas u otros planetas y otros construyeron ciudades en el interior del planeta.
El relato de J.J. Benitez refleja perfectamente lo descrito por John Henry Builes, los supuestos extraterrestres que abducen al Dr. Daniel, no son más que humanos de la Primera Tierra que pertenecían a la sociedad perdida y continente perdido de Lemuria y que emigraron con su tecnología a algún lugar en el espacio continuando su sociedad y modo de vivir, es decir, es una prolongación de los lemurianos en el espacio.
Según John Henry Builes todos tenemos el mismo código genético y todos somos descendientes de Adán, y de la Eva pre-humana y de la Eva humana; algunos de estos seres humanos viven en el interior del planeta y se conocen como los intra-terrestres y otros viven fuera del planeta y se conocen como los extraterrestres.
Según John Henry Builes dice que estamos en el principio de la creación que se encuentra realizando Dios, y que la Tierra es el centro de todos los universos y mundos por crear. En nuestro planeta se encuentra perfectamente unido el mundo espiritual con el mundo material en los seres humanos; todavía no existen otros seres semejantes a nosotros, pero eso no quiere decir que no vayan a existir; los humanos de la superficie del planeta seremos el punto de encuentro entre los humanos del interior de la tierra y los humanos que se encuentran fuera de ella.
Otra clase de seres y su tecnología, no son más que engaños de demonios, como ya lo hemos tratado de demostrar en artículos anteriores; la Segunda Tierra, es decir, nuestra generación se acerca a su final, porque ya ha demostrado que es una generación en decaimiento moral y que cada vez se aleja más de Dios y se deja hipnotizar con doctrina de demonios y con proyectos humanos en los que Dios no tiene espacio y no puede caber.
Hay muchas personas que se inventan historias para permanecer en el error y convencerse que no están equivocados; la verdad solo puede aparecer patente a los que son humildes y sin ésta, muchos soberbios permanecen sin convencerse y no aceptan los argumentos que les presenta la verdad.
Están de moda las teorías de la conspiración y con toda seguridad podremos encontrar verdad y mentira en ellas, por lo que se hace necesario aprender a discernir y dejarnos llevar por los argumentos que nos ofrece la verdad para no caer en el error y la equivocación.
El galardonado periodista de televisión Frank Sesno preguntó a un panel de eruditos sobre la fascinación de la gente por las teorías de la conspiración y el profesor Stanley Kutle de la Universidad de Wisconsin respondió: “Nosotros todos amamos los misterios, pero amamos más las conspiraciones”.
Que estas teorías de la conspiración, no nos lleven al error y la equivocación, pero nos pueden abrir la mente para pensar diferente y aceptar aun lo que no nos han enseñado o lo que parece mentira, pero no es más que la verdad.