sábado, 29 de abril de 2017

John Henry Builes y la teoría de la tierra hueca.


La teoría de la tierra hueca tomó su mayor fundamento, cuando en 1970, la administración de servicios del medio ambiente llamada: ESSA, en Estados Unidos, proporcionó fotografías del polo Norte tomadas por el satélite ESSA_7 el 23 de noviembre de 1968, y en una de las fotografías aparece el Polo Norte cubierto por una capa de nubes; pero aparecía otra fotografía donde aparecía sin nubes y con un inmenso agujero.
Luego salió un artículo en una revista llamada Flying Saucers, donde el editor Ray Palmer reprodujo las fotos del satélite y afirmaba que el agujero era real; luego de este acontecimiento siguieron apareciendo artículos en la misma revista y en otras que apoyaban la teoría de que la tierra era hueca; a esto, hay que sumarle el testimonio del vicealmirante Richard E. Byrd, que desató todavía más la polémica sobre esta teoría.



Byrd era un estadunidense, distinguido aviador y un pionero en sobrevolar el Polo Norte el 9 de mayo de 1926, también lo hizo sobre el Polo Sur el 29 de noviembre de 1929. Este hombre dio a conocer un testimonio personal, que tuvo con una civilización más avanzada que la nuestra en el interior del planeta, lo que le sirvió a Francis Amadeo Giannini, filósofo y científico, residente en Cambridge Massachusetts para dar a conocer un trabajo en el año de 1959; que se llamó “Worlds beyond the Poles” (Mundos más allá de los polos) que sirvió de apoyo a Ray Palmer y otros para continuar la investigación.
Gianinni menciona, que Byrd se adentró 1700 millas en el Polo Norte y se encontró un territorio despojado de nieve, con montañas y bosques, vegetación, lagos y ríos y que vio un animal semejante a un mamut; Gianinni, también nos dice que en enero 13 de 1956 Byrd, volvió a efectuar un viaje de 2.700 millas partiendo de la base de McMurdo, 400 millas al oeste del Polo Sur y penetró 2.300 millas en el interior de la Tierra.
Aparece entonces un autor de ciencia ficción llamado Ray Palmer (1910-1977), era un hombre de baja estatura debido a un accidente que tuvo en la médula espinal y se le conocería como el “Pulp fiction” o el gnomo de la ficción y en la década de los 30 sacaría una famosa historia que alcanzó un gran éxito “Amazing Stories”.
Este fue un hombre que estuvo en la cárcel y sufrió desajustes mentales, y cuenta él mismo que un día que estaba en la cárcel, se le materializó una mujer que lo llevó a conocer un mundo desconocido en el interior de la Tierra; según lo que comprendió, dice que la Tierra estuvo habitada por razas parecidas a los dioses, los titanes y los atlantes, quienes construyeron grandes civilizaciones en la superficie de la Tierra y un cambio en la radiación del Sol los obligó a refugiarse en el interior de la Tierra, hasta que definitivamente decidieron abandonar el planeta y lo dejaron en manos de la inferior raza humana y algunos seres humanos hallaron el camino a través de cavernas al interior de la Tierra y se encontraron una tecnología que manipularon indebidamente, lo cual causó una radiación, haciendo que se produjeran unos seres llamados “deros”, que aprendieron a manipular la tecnología, provocando accidentes, desapariciones y cosas desagradables en la superficie de la Tierra. Los “deros” utilizaban la tecnología de los titanes, para aumentar sus placeres sexuales, o para torturar a los humanos que raptaban de la superficie.
Ray Palmer y Walter Giannini, se van a unir para potenciar su teoría en la tierra hueca, especialmente basados en el testimonio o en los diarios perdidos de Byrd.
Retomando el testimonio de Byrd, dice que su avión fue tomado por una energía de los seres del interior del planeta y obligado a aterrizar, le dan la bienvenida y lo llaman “almirante” en lengua inglesa y con acento nórdico.
En su descripción, dice, que las personas son altas y tienen pelo rubio, y puede contemplar una ciudad en el interior, que la identifica con los colores del arco iris; que fue sacado con su técnico del avión y los condujeron a una ciudad destellante que parecía de cristal, que les ofrecieron un tipo de bebida caliente muy deliciosa y los alojaron en un lugar, donde se quedó el técnico y él fue conducido por dos seres, pasando por instalaciones que reflejaban una alta tecnología y llevado a un recinto, a tener un coloquio con el “maestro” quien era un hombre de edad avanzada.
El maestro le habla en una voz melodiosa, le da la bienvenida a su territorio y lo invita a sentarse en una silla y comienza por decirle, que por el carácter noble que tiene y por ser conocido en la superficie, lo han dejado entrar. Le dice: “usted se encuentra en territorio de los Arianos, el mundo sumergido de la tierra”.  Le dice que será breve y cuál es el propósito de la entrevista. Le manifiesta la preocupación por la detonación de la primera bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki, en Japón. Dice que en sus naves voladoras estuvieron investigando y que no habían interferido en las guerras y en la barbarie de los seres humanos, pero que ahora que los hombres han aprendido a manipular la energía atómica, han enviado sus emisarios a las potencias del mundo exterior, pero los gobernantes de la Tierra no atienden y los han agredido.
El maestro dijo, que habían escogido a Byrd como emisario, porque los seres humanos habían alcanzado un punto de no retorno, augurando, un horizonte para la humanidad con nubes negras, considerando, que se diseminará una furia negra que se extenderá por muchos años y el hombre no se podrá confiar ni en sus armas, ni en su ciencia; que todas las cosas humanas serán dispersadas en el caos y que la guerra que acaba de terminar es un preludio de lo que sucederá; cree que algunos sobrevivirán y de las ruinas y surgirá un nuevo mundo; dice que ellos estarán ahí para ayudar a la gente de la superficie del planeta. Entonces, una parte de la ciencia y de la cultura de los hombres será restituida y los hombres podrán comenzar de nuevo, luego lo despidió muy amablemente: “Adiós, hijo mío”; después fue conducido con su compañero para que salieran del interior del planeta y esto sucede el 11 de marzo de 1947.
Byrd, relata lo ocurrido en un encuentro con el estado Mayor del Pentágono y dice que todo fue registrado y el presidente de Estados Unidos, había sido puesto al corriente. Dice que lo retienen por 6 horas y 39 minutos, y lo someten a exámenes médicos y le recuerdan que es un militar y que debe obedecer órdenes.
Algunos piensan que el relato de Byrd, es una reminiscencia de los alemanes, que en plena Segunda Guerra Mundial, intentaron encontrar la tierra hueca, y en primer lugar se producen dudas sobre el relato, por el idioma utilizado, que es el inglés, con acento nórdico de los personajes; en segundo lugar, las características físicas de las personas, que parece nórdicos y en tercer lugar, la utilización de palabras alemanas como “Wiedersehen” (adiós) o “Flugelrads” (máquina voladora).
Hay muchos relatos de la antigüedad que nos hacen referencia a la tierra hueca, como la del héroe babilonio Gilgamesh que visitó a su antepasado Utnapishtim en las entrañas de la tierra; Orfeo que trata de rescatar a Euridice del infierno subterráneo; los faraones que bajaban al mundo interior a través de túneles secretos que existían en las pirámides o los budistas que creían que millones de personas vivían en Agharta, un paraíso subterráneo.
Volviendo a los argumentos de Palmer y Giannini, parecen ser argumentos demasiado endebles, porque el argumento de Palmer se basa en una revelación privada, donde se le aparece una mujer que lo lleva a un mundo subterráneo, mencionando que había tenido desajustes mentales y luego con el argumento del vicealmirante Byrd,  que no existe confirmación de su vuelo en el Polo Norte en febrero de 1947, aunque existe la posibilidad, que el Pentágono haya desaparecido todo rastro de este sobre vuelo o lo tenga oculto.
Personalmente pienso que la Tierra no es hueca, como se la imaginan algunos autores de ciencia ficción que ya hemos mencionado, e incluso personas, como quien descubrió el cometa Halley por primera vez, o como la presentan hoy muchos autores que se encuentran en el internet. Considero que no hay argumentos de peso, que impliquen repensar las leyes de la física y buscando acomodarlas, a una teoría determinada; pero esto, no quiere decir que no existan grandes construcciones en el interior del planeta e incluso ciudades gigantescas. Las leyendas y los testimonios de las diferentes culturas de los pueblos de todo el mundo, son abundantes, como he mencionado anteriormente algunos ejemplos.
Considero que el testimonio más plausible de todos, es el del vicealmirante Byrd, sin llegar a afirmar con absoluta certeza, que hay que darlo por cierto, pero sí puede ser el más fiable, porque corresponde perfectamente con el libro de John Henry Builes: “Historia Primitiva de la Humanidad”.
En la teoría que presenta John Henry, nos dice que los seres humanos luego de pasado el diluvio huyeron al interior del planeta y fuera de él, y que estos seres humanos comparten nuestro mismo código genético, por lo tanto, no son tan diferentes a nosotros, aunque tienen una tecnología más elevada que la nuestra. Considero, que lo que pudo haber visto Byrd, es gente de la Primera Tierra, que vive en el interior del planeta.
Walter Siegmister, otro de los defensores de la tierra hueca, tiene un relato que me llamó mucho la atención y tratando de solucionar el misterio del mundo subterráneo, se pregunta este autor: ¿Cómo habrán surgido estas maravillosas ciudades subterráneas y ciudades avanzadas? Él mismo se responde diciendo, que los antiguos habitantes de Lemuria y de la Atlántida, después del diluvio, se refugiaron en el interior del planeta y estas personas tenían naves espaciales que se alimentaban de la atmosfera para obtener su energía, y estos aparatos voladores eran conocidos como “vimanas” o platillos voladores y que transitaban,  por medio de las aberturas polares y que después de la explosión atómica de Hiroshima, estas naves salieron a la superficie por primera vez. También dice sobre la sociedad de Agartha, que sus habitantes no envejecen, debido a que no están expuestos a la radiación solar y a la intoxicación por causa de los alimentos a la que estamos expuestos los habitantes de la superficie del planeta;  según él, son una sociedad matriarcal que no practican el sexo y utilizan esta energía vital para potenciar su gran inteligencia.
Lo que hace Siegmeister, es sintetizar las teorías de la tierra hueca y al final de su vida, murió de pulmonía, sin poder encontrar una abertura hacia este mundo interior.
Lo importante de este autor, es que hace una buena síntesis, que puede no estar muy alejada de la realidad; si John Henry Builes, dice, que algunos habitantes de la Primera Tierra después del diluvio, una parte de Lemurianos y otra de Atlantes y de otras civilizaciones antediluvianas, hubieran huido al interior de la Tierra, o tan solo una sola de ellas, pues hay posibilidades que existieran rivalidades; no es difícil pensar que con su gran tecnología, pudieran construir grandes ciudades y muy cómodas en el interior del planeta; pues con toda seguridad, hoy los gobiernos las construyen; algunos estudiosos del tema consideran que pueden existir de 50 a 100 bases subterráneas de diferentes gobiernos del mundo, que son verdaderas ciudades; con mayor posibilidad, los que huyeron de la Primera Tierra y se llevaron consigo una tecnología más grande que la que nosotros tenemos actualmente.
En conclusión, la teoría de la tierra hueca, concuerda con las ideas de John Henry Builes, pero no tenemos datos fehacientes que nos lleven a afirmar categóricamente que la tierra es hueca. Sí podemos decir, que se presentan muchos avistamientos de OVNIS saliendo y entrando al océano, saliendo y entrando en algunas montañas y saliendo y entrando en algunos puntos específicos del planeta. Esto no es prueba suficiente para afirmar que la tierra es hueca y que se tenga que echar por tierra los principios físicos de la gravedad o explicarlos de una manera acomodaticia, para favorecer una teoría; pero sí es un argumento que sustenta esta teoría, lo mismo que la capacidad que tienen los gobiernos más poderosos para construir verdaderas ciudades debajo de la tierra; y para mí, todas estas ideas concuerdan perfectamente con uno de los libros de John Henry Builes: “Historia primitiva de la humanidad”.

De acuerdo con los testimonios de diferentes culturas en el mundo, que nos hablan de seres intraterrestres, tenemos un argumento sólido para pensar que en el interior del planeta existen civilizaciones muy adelantas y que viven en grandes y hermosas ciudades, con todas las comodidades que implica un mundo tecnológico.
En consecuencia, no hay evidencias firmes para creer que la tierra es hueca, pero si hay argumentos fuertes, para creer que en el interior de la Tierra viven en ciudades subterráneas civilizaciones muy adelantadas, que son habitantes de la Primera Tierra y que comparten el mismo código genético con nosotros y por lo tanto, muy parecidos a nosotros; y no pensar, que es un lugar donde solo viven alienígenas reptilianos u otra clase de seres detestables.






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